[Grabado de Valparaiso en 1879]
¡AL PUEBLO!
¡Ciudadanos!
El martes próximo debe llegar, según noticias fidedignas, a las costas de Chile, un emisario peruano con el cargo, segun unos, de interponer su mediación oficiosa en nuestra querella con Bolivia; según otros, con el propósito de pedir severa cuenta a la nación por la reivindicación de nuestros territorios del Norte.
¡Ciudadanos!
El martes próximo debe llegar, según noticias fidedignas, a las costas de Chile, un emisario peruano con el cargo, segun unos, de interponer su mediación oficiosa en nuestra querella con Bolivia; según otros, con el propósito de pedir severa cuenta a la nación por la reivindicación de nuestros territorios del Norte.
La venida del diplomático peruano coincide con los preparativos bélicos del Perú, con reunión estraordinaria de su Congreso, con la movilización i reparación a gran prisa de sus naves, con los anatemas que su prensa lanza a Chile.
Pero es posterior a la existencia de un tratado fratricida firmado por el hombre que indicó a Bolivia el proceder que nos ha hecho desnudar la espada; por el hombre que arrebató a Chile, por un golpe de mano incalificable, gran parte de su fortuna i de su trabajo, espropiando los salitres de Tarapacá.
La nación que tal hizo no puede ser mediadora; las mas vulgares conveniencias se lo impiden.
Chile, al pisar el desierto, ha dicho como Mac Mahon en Malakoff: aquí estoi i aquí me quedo.
Pero si la proposición de mediar es estemporánea e imprudente, la idea de pedir cuenta de nuestros actos es tan insolente como audaz.
Soberanos por derecho propio, libre por nuestros propios esfuerzos, no somos ni los pupilos ni los protejidos del Perú.
Nuestra autonomía i nuestra independencia serian amenguadas si bajo cualquier pretesto se nos exijiera rendir cuenta de nuestras decisiones a un poder estraño.
Así, pues, bajo su doble carácter, la misión del enviado peruano no tiene razón de ser.
Esto es lo que corresponde manifestar al pais, con incontrastable decisión, i por actos inequívocos, publicos i solemnes.
La diplomacia tiene sus usos, sus hipocresías, sus perifrases i reticencias; el pueblo no las conoce ni las emplea; el pueblo solo oye i comprende el lenguaje viril i franco de la verdad.
El pueblo de Chile desea hacerlo comprender así al plenipotenciario peruano, que ya como mediador oficioso, ya como juez, inquisidor, su misión es ineficaz u odiosa, como al Gobierno de Chile que las puertas de la Moneda deben hallarse cerradas para quien pretende entrar por ellas a través del disfraz, bien poco denso pero cierto de una falaz diplomacia.
Con este objeto se convoca al pueblo de Valparaíso a un meeting hoi martes 4, a las ocho de la noche, en la Plaza de la Intendencia, para hacer prácticas estas consideraciones i adoptar en presencia del enviado peruano la actitud digna de los hijos de Caupolican i de Lautaro.
A la Plaza de la Intendencia, noble pueblo de Valparaíso.
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MEETING.
(CRÓNICA DEL 5 DE MARZO.)
El meeting, cuyo fin era protestar contra la mediación peruana, tuvo lugar anoche en la Plaza de la Intendencia, con una concurrencia que hemos oido calcular en mas de 5 a 6.000 personas. No podemos asegurarlo, porque estábamos en pésimo lugar para abarcar todo el campo.
Usaron sucesivamente de la palabra don Joaquín Larrain Zañarta, don Federico Cruzat, don Alberto Toro Carrera i don Víctor Aquiles Bianchi. El meeting dio comienzo a las ocho en punto; al principio solo unas 1,500 personas ocupaban la plaza, pero después se llenó todo el espacio de la primera plazuela hasta cerca de la estatua de Cochrane. Los aplausos no escasearon; en ellos reveló el pueblo su intención de no permitir sin abierta reprobación que venga a intervenir en nuestros asuntos i casi a tomarnos cuenta de ellos i a imponernos una norma de conducta una nación que, por mas de un motivo, debemos considerar nuestra interesada rival i nuestra solapada enemiga. Por esta causa, los oradores fueron aplaudidos calorosamente i de entre los concurrentes se levantaban ésclamaciones salidas del fondo del alma.
Los oradores hablaron desde las ventanas del Café Americano.
Cuando hubo concluido el meeting la gran mayoría de los concurrentes se retiró tranquilamente a sus casas i unos pocos procedieron a la bellacada que en seguida daremos cuenta.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 153.
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