[Capitán de Navío Günther Lütjens, Comandante del crucero ligero alemán Karlsruhe. Fotografia perteneciente a un álbum obsequiado al Capitán de corbeta Víctor Oelckers Stocker, por el comandante y oficiales del crucero Karlsruhe]
La Revista de Historia y Cultura Naval, Punta Gruesa, dependiente del Instituto Histórico Arturo Prat, reproduce en su Nº 5, del año 2000, una interesante crónica sobre el Almirante Günther Lütjens, oficial de la Kriegsmarine, que se destacaría por gallarda acometida al mando del Bismarck al momento de enfrentar a la flota inglesa, entregando la vida en aquel episodio.
[Delegación del crucero ligero alemán Karlsruhe, encabezada por su Comandante, Capitán de Navío Günther Lütjens, se apresta a depositar una ofrenda floral en el Monumento a la Marina de Plaza Rafael Sotomayor, Valparaíso]
La crónica que se hace mención se recuerda especialmente porque Lütjens, durante su visita al puerto de Valparaíso en 1935, habría pronunciado algunas palabras en una reunión con oficiales chilenos, ocasión en que habría confesado que la razón fundamental por la cual él desde pequeño quiso ingresar a la marina alemana, se debió a la profunda admiración que sentía por su héroe de la niñez: Arturo Prat Chacón.
[El
comandante del crucero ligero alemán Karlsruhe, Capitán de Navío
Günther Lütjens, deposita una ofrenda floral en el Monumento a la
Marina, ubicada en la Plaza Rafael Sotomayor, Valparaíso, el 14 de enero
de 1935. La
visita de este buque a dicha ciudad se extendió entre el 12 y el 21 de
enero]
Reproducimos el artículo El Emulo al Héroe del contraalmirante Antonio Alviña V., aparecido en la Revista Marina de mayo-junio 1941, Nº 502.
[El comandante del crucero ligero alemán Karlsruhe, Capitán de Navío Günther Lütjens, recibe a autoridades navales chilenas al arribo del buque a Valparaíso]
En su credencial social se leía sólo un nombre, simplemente Lütjens.
El subconsciente preveía la inmortalidad, no cuadraba entonces adornar esa palabra con iniciales y nada. Se dice Rayter, Nelson, Churruca; así como aquí decimos O’Higgins, Prat, Ramírez.
Tuvimos el honor de conocerlo. Cuando en 1935 comandamos el Lynch; el Karlsruhe, de su mando acoderó cerca de nosotros, a la vista del Monumento de nuestro héroe máximo.
Allí llegó a rendir homenaje, depositando una alegórica corona con los colores de la Patria suya. Sobriedad y elocuencia encerraba ella, sencillamente laureles, lo que la Gloria destina a los caídos en la Epopeya.
Una placa feliz captó el momento; su vista reciente reproducida por la prensa, nos sugirió de inmediato el mismo título con que encabezamos esta líneas: El Emulo al Héroe.
Alto y recto; seco, sin sonrisas cortesanas de ocultas intenciones, de mirada franca, recta al Destino, sin flaquezas ni temores; todo un hombre; un soldado del mar infinito.
Cayó tras gloriosas hazañas no superadas. Cayó como caen los bravos; como Prat en su desigual lucha, como Carrera en La Concepción. Bien para su Patria y ejemplo para el mundo.
Su privilegiado destino, no podía permitir que se le contase entre los sobrevivientes. Amigos y enemigos habrán de descubrirse ante su envidiable sacrificio. Nosotros, los que vestimos uniforme naval, hacemos el noble saludo militar, mudos y respetuosos ante su paso a la Gloria.
Fuente: alertaaustral.cl
Genial historia de este marino.
ResponderBorrar"El Diablo Negro", le llamaban sus compañeros y algunos oficiales superiores solo por ser "vaticinador de desgracias", en realidad era uno de los pocos con cabeza fría en la Armada alemana, avisaba con anticipación lo que podía ocurrir si no seguían sus recomendaciones, a pesar de comandar un acorazado, fue uno de los pocos que lo consideraba un despliegue costoso si iba solo o con pocos barcos de apoyo, sin mencionar que era necesario de apoyo aéreo cercano, señalando que, a pesar de la existencia de la Luftwaffe, era obligatorio el despliegue de aviones para cubrir la vulnerabilidad de la armada desde arriba, lástima que no lo hayan escuchado.
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