[Sepulturas de Arturo Prat e Ignacio Serrano en el Cementerio de Iquique, 1880]
Dos o tres días después de la llegada las compañías hacian ejercicios de armas en las inmediaciones del Cementerio.
Cuando se dió descanso casi todos nos dirigimos a él y lo recorrimos en todas direcciones.
De pronto alguien grito: "Aquí esta la sepultura de Prat!"...
Corrimos todos en la dirección que se indicaba y nos detuvimos respetuosos a contemplar las tres sencillas cruces de madera pintadas de color blanco, que la mano piadosa de un español colocó en las sepulturas que les preparó. Una tenía el nombre del capitán Prat, otra la del teniente Serrano, y la tercera decía sencillamente "tripulantes de la Esmeralda".
Todos las mirábamos en silencio...
Luego uno se quita el quepí y todos lo imitan...
Después de algunos instantes alguien se arrodilla y los demás siguen el ejemplo...
Un momento después una voz dice: "Por el capitán Prat y héroes de la Esmeralda"; y recita la primera parte del Padre Nuestro, y todos coreamos la segunda parte...
Y tras cortos instantes de silencio, nos fuimos retirando.
No creo haya llegado al trono del Altísimo una plegaria mas sencilla y sentida que la de los humildes soldados del Lautaro en esa ocasión...
Fuente: Benavides Santos, Arturo, Seis años de vacaciones: Recuerdos de la Guerra del Pacífico, 1879-84, Imp. Universo.- Ahumada 32, Santiago de Chile, 1929, P. 45.
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