lunes, 5 de julio de 2021

Parte oficial del comandante del Batallón Atacama Núm° 1. sobre la Batalla del Alto de la Alianza

 
[Fotografia de Juan Martínez]

 
Tacna, junio 1.° de 1880. 
 
Señor Comandante de la 2.ª división: 
 
En cumplimiento de mí deber tengo el honor de dar cuenta a US. de las operaciones ejecutadas por el batallón de mi mando en la batalla campal del 26 del pasado que tuvo lugar en los altos de Tacna. 
 
El 25 emprendimos marcha de Buena Vista, formando parte de la 2.ª división compuesta del rejimiento 2.° de línea i del Santiago, comandada por el teniente coronel don Francisco Barceló. En esta jornada no hubo novedad digna de mencionarse i se hizo pernoctar a la tropa a dos leguas mas o menos distante del enemigo. 
 
Al amanecer del 26, estando de servicio el que inscribe, divisó que el enemigo en número de 4,000 próximamente, a marcha forzada se dirijia al costado izquierdo de nuestra división llevando su guerrilla de descubierta. Acto continuo puse en conocimiento del señor Jeneral en Jefe i del Estado Mayor la operación del ejército aliado, por lo que se dispuso que la 2.ª división marchase inmediatamente a su encuentro en orden de batalla. Tan luego como el enemigo se apercibió de nuestro movimiento retrocedió apresuradamente, guardando su retírada por jente de caballería hasta tomar sus primitivas posiciones en el Alto de Tacna, donde tenia sus trincheras, fortificaciones i zanjas. Esta operación fué ejecutada por mi batallón haciendo desplegar en guerrilla la 2.ª compañía con orden de cubrir todo el frente de él i distante de quinientos a seiscientos metros. 
 
Después de marchar algún tiempo en son de combate, se me mandó hacer alto a fin de que nuestra artillería de campaña disparase sobre el enemigo en contestación a los primeros tiros de éste, cuyas punterías en su mayor número iban dirijídas a nuestras guerrillas. Apagados momentáneamente los fuegos de los contrarios, de nuevo comenzamos a avanzar en igual formación, con orden de apoderarnos de las alturas en que se hallaba estendida la línea enemiga. Fué entonces cuando se rompió por el ejército aliado sobre nuestra línea un fuego vivísimo de fusilería; al punto apresuramos la marcha con el objeto de protejer a las guerrillas que te hallaban situadas a ochocientos o mil metros de la línea enemiga. Este movimiento se ejecutó en medio de una lluvia de balas de toda especie que la tropa soportaba serena, impasible i sin disparar un tiro hasta que despues de estar toda desplegada en la formación ordenada de antemano por US. se recibió orden de romper el fuego. 
 
El combate estaba ya empeñado seriamente i nuestros soldados con su valor imponderable parecían querer disputarse los puestos de mayor peligro. Cada cual trataba de ser el primero, era así cómo mi batallón junto con el Santiago i 2.° de linea atacaban precisamente el centro de la línea enemiga, los puntos en donde tenia colocada tanto en trincheras como en fortines, etc., su artillería Krupp i ametralladoras, desde las cuales nos hacia un fuego horriblemente mortífero. 
 
Esto sin embargo no impidió que mi tropa siguiera marchando siempre hacia adelante, disputándoles el campo hasta llegar a estrecharse de tal manera que algunos de mis oficiales i soldados dieron en ella la muerte, desgraciadamente con pérdida de sus vidas, al enemigo que en ese momento empezó a retroceder. 
 
Aprovechándome, pues, de una parte débil en la ya destrozada línea enemiga, avancé acompañado del capitán señor Gregorio Ramírez, subteniente don Baldomero Castro, del resto de mis soldados i también de alguna fuerza del rejimiento Santiago a las órdenes del capitán señor Domingo Castillo, hasta tomar la retaguardia de las alturas. Con esta jente me dirijí en seguida al frente que se hallaba a la derecha de las posiciones enemigas, i atacando su retaguardia logramos desalojarlo de la tropa que aun se sostenía en él contra la brigada de Zapadores que lo atacaba de frente. Mui pronto el enemigo huyó dejando en nuestro poder 4 piezas de artillería Krupp de montaña i gran número de pertrechos de guerra. 
 
En este punto se me reunieron ademas el sarjento mayor de Zapadores señor José U. Urrutia, su ayudante i algunos individuos de tropa. Desde luego la derrota del enemigo estaba ya declarada por completo i en toda su línea le perseguía nuestro Ejército, haciendo nosotros igual cosa que llegamos en su persecución hasta los cerros que enfrentan a la estación del ferrocarril en la ciudad de Tacna. 
 
Aquí hicimos alto i ordené a los señores oficiales que me acompañaban reunieran su jente para evitar que no entraran a la población, en donde sin orden espresa no creí prudente hacerlo. Luego que el señor Jeneral con su Estado Mayor, parte de la reserva i alguna artillería se presentó, dióme orden de acampar a continuación del rejimiento Santiago, en el campamento que había ocupado el enemigo. 
 
Los señores jefes i oficiales que se encontraron bajo mis inmediatas órdenes en este memorable cuanto glorioso hecho de armas fueron los siguientes: sarjento mayor señor Gabriel Alamos; capitanes Juan R. Soto A., José A. Fraga, Juan A. Lontanos, Gregorio Ramirez, Meliton Martínez, José M. Puelma i Rafael 2.° Torreblanca; ayudante mayor don Moisés A. Arce, tenientes señores Antonio M. López, Antonio 2.° Garrido, Alejandro Arancibia, Juan G. Mafcta, Edmundo Villegas, Ignacio Toro, Juan R. Silva i Washington Cavada; subtenientes señores Juan 2.° Valenzuela, Abraham Becerra, Gualterio Martínez, José del C. Ampuero, Enrique Ramos, Baldomero Castro, Polidoro 2.° Valdivieso, Enrique Lavergue, Samuel E. Prenafeta i Eujenio Martínez Cerda, cirujano 2.° don Eustorjio Díaz i practicante don Zenen Palacios. 
 
El número exacto de individuos de tropa del batallón de mi mando que entró en pelea ascendía a 592 hombres, de estos 78 quedaron muertos en el campo de la acción i 205 heridos, como lo verá US. por el resumen de las listas adjuntas sin contar muchos contusos i lijeramente estropeados que seria supérfluo enumerar. 
 
Como US. notará, las bajas de este cuerpo corresponden mui próximamente a la mitad del total de combatientes. Otro tanto tengo el sentimiento de manifestarle en lo que respecta a mis oficiales, que entre muertos i heridos he perdido 13, incluso él practicante. Los muertos son: capitanes señores Meliton Martínez i Rafael 2.° Torreblanca, ayudante mayor don Moises A. Arce, subtenientes señores Gualterio Martínez i Juan 2.° Valenzuela. Heridos: capitán señor José M. Puelma, tenientes señores Alejandro Arancibia, Ignacio Toro, Juan R. Silva, i Washington Cavada, subtenientes don Abraham Becerra i don Eujenio Martínez C, i practicante señor Zenen Palacios. 
 
Todos estos jóvenes, tanto los que murieron como los heridos, se han conducido de una manera satisfactoria i me hago un deber en proclamarlo aquí, recomendando a la consideración i recuerdo de la nación chilena mui en particular al capitán Rafael 2.° Torreblanca i ayudante mayor señor Arce que superaron todo arrojo cayendo en medio de las filas enemigas como solo caen los héroes, acribillados de balas i bayonetazos. 
 
La muerte de estos distinguidos militares es, señor, una pérdida verdaderamente irreparable para mi batallón, pues ambos reunían en sí dotes superiores i de grande utilidad. 
 
El resto de mis oficiales, los que tuvieron la suerte de sobrevivir, desde mi segundo jefe señor Alamos, hasta el último subalterno, todos ellos han estado en el puesto del honor, manteniendo i exhortando la tropa al cumplimiento del deber con la palabra, la acción i siempre con el ejemplo, mereciéndome sin embargo especial mención el capitán señor Gregorio Ramírez, tenientes señor Juan G. Matta i Antonio 2.° Garrido i el subteniente don Baldomero Castro. 
 
Me es grato también recomendar a la alta consideración de US. la abnegación del cirujano señor Eustorjio Diaz i del practicante señor Zenen Palacios. Este último fué herido de gravedad en el momento mismo en que trataba de vendar una herida. 
 
Esto es cuanto tengo el honor de esponer a US. acerca de la batalla del 26 cuyo éxito es la gloria mas brillante que nuestro ejército i sus valientes directores han podido alcanzar, por lo que me permito felicitar mui de corazón a US. espresándole mis votos por que siempre como hasta ahora le acompañe la fortuna i el buen acierto para guiarnos por el camino del triunfo que es el camino de la felicidad de Chile. 
 
Dios guarde a US. 
 
J. MARTÍNEZ. 
 
Al señor Comandante en jefe de la 2.ª división.

Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 688.

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