[Fotografia de Serapio Reyes Ortiz en su juventud]
NUM. 198. MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES.
(Reservada.)
Lima, Noviembre 26 de 1879.
Señor:
Son altamente lamentables las noticias que comunica V. S. en su nota reservada de 15 de los corrientes, número 243, sobre el estado de la política interior de ese país y sobre el grave incidente a que ha dado lugar la carta que V. S. dirigiera a señor Reyes Ortiz, trasmitiéndole el aviso de la reunión que iba, a celebrarse, sin duda, con miras hostiles al Gobierno y a la Alianza.
Respecto a este último punto, no puedo dejar de manifestar a V. S. que en ningún caso debió haber empleado ese medio de denuncia. V. S. debía presumir las consecuencias que pudieron sobrevenir, las cuales, por desgracia, no tardaron en presentarse. Para asuntos de esa clase, la prudencia aconseja proceder verbalmente, ya acercándose V. S. donde el señor Ministro de Relaciones Exteriores o mandando un empleado de la Legación, que, privada y confidencialmente hubiese puesto en conocimiento de ese Gobierno el meeting que se proyectaba.
El paso dado por el señor Reyes Ortiz ha puesto a V. S. en una situación demasiado delicada, y el provocamiento de V. S. ha contribuido indudablemente a acentuar la antipatía que siente por el Perú el partido enemigo de la Alianza, el cual redoblará ahora sus trabajos con más encono que antes.
La misión de V. S. en ese país le obligaba a manifestarse completamente prescindente en las cuestiones de política interior procurando conservar la mejor armonía con todos los partidos, y si comprendía V. S. que se trabajaba contra la Alianza, que tanto interesa conservar al Perú en las presentes circunstancias, ha debido proceder V. S. con tal sagacidad y prudencia para cruzar los proyectos de ese género, de modo que no quedase, de ninguna manera, constancia de su intervención en ese asunto.
Pero una vez que su patriotismo lo puso a V. S. en situación de dar un paso falso, es necesario que haga cuanto sea dable y posible por neutralizar los malos efectos que él ha producido y debió producir indudablemente. V. S. apreciará cuales sean los medios que deba emplear para conseguir este resultado.
Si las presunciones de V. S. eran bien fundadas, quizá a la fecha haya tenido lugar una revolución en La Paz, al tenerse noticias de los desastres que ha sufrido nuestro ejército del Sur, de cuyos detalles se impondrá V. S, por los impresos que le remito por separado.
Si tal suceso se ha realizado, V. S. debe procurar, si es posible, que el nuevo Gobierno conserve y respete los compromisos que unen a esa República con el Perú, y en consecuencia que sea fiel a la Alianza, manifestándole que el Gobierno del Perú prescinde de los motivos que hayan existido para deponer al General Daza, y que considerando al nuevo Gobierno de Bolivia como emanación de la voluntad popular, desea mantener con él las mejores relaciones de amistad de y unión sincera para combatir juntos al enemigo que hoya en estos momentos el territorio nacional, amenazando seriamente la integridad de ambas Repúblicas.
Dios guarde a V. S.
RAFAEL VELARDE.
Al señor Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario del Perú en Bolivia.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo II, Imprenta i Lib. Americana de Federico T. Lathrop, Valparaiso, 1885, P. 34.
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