viernes, 19 de marzo de 2021

Parte oficial de Francisco Barceló sobre la Batalla de Chorrillos

 [Fotografia de Francisco Barceló]
 
Segunda brigada. 
 
Comandancia de la 2.ª brigada de la 3. ª División.
 
Lima, enero 20 de 1881. 
 
Señor Coronel: 
 
Grato me es tener el honor de participar a US. la parte que cupo desempeñar a la brigada de mi mando en el glorioso hecho de armas que ha tenido nuestro Ejército contra el del Perú el 13 del presente en los campos de San Juan i Chorrillos: de esta función adjunto a US. las relaciones o partes de los jefes de cuerpos i comandante de las compañías guerrilleras. 
 
El 12, a las seis i media P. M., emprendió la marcha la brigada, saliendo de Lurin en busca del enemigo fortificado en Chorrillos i sus inmediaciones, compuesta de 3,064 hombres i distribuidos en el orden siguiente: Rejimiento de línea Santiago, 1,005 hombres; batallón Búlnes, 474; Valdivia, 499; Caupolican, 428, i rejimiento Concepción, 658; sirviéndome de ayudantes de campo el capitán don Manuel Emilio Aris i tenientes don Manuel Castañon i don Rodolfo Serrano. De esta fuerza, i por orden de US., se desmembraron las compañías guerrilleras de los espresados cuerpos, para ponerlas a la disposición del sarjento mayor graduado don José Domingo Castillo, que la instruía en masa desde el 27 de diciembre próximo pasado. Una vez al mando de ellas, marchó a la vanguardia de la división, sirviendo de descubierta i debiendo obrar a las inmediatas órdenes de US. 
 
En este orden marchó la brigada a continuación de la 1.ª desde el lugar citado, con cortos descansos, hasta las 12 M. en que se dio un descanso; siguiendo a las 3 la marcha de la misma manera i por el camino del centro hasta las 4 i media en que el enemigo rompió sus fuegos por nuestra izquierda, lo que me hizo creer, según nuestro plan de ataque, que habia sido sorprendido el batallón Coquimbo i Melipilla que, a las órdenes del teniente coronel do José María Soto, debían atacar al asalto por ese lugar; media hora después el fuego se hacia sentir casi jeneral. La brigada, siguiendo siempre a la 1.ª , continuaba avanzando en busca del enemigo i en observación a las órdenes de US. A las 9 tres cuartos A. M. descansábamos a inmediaciones del valle de Chorrillos, en formación de columnas por compañías; i notando que mui cerca pasaba una acequia de agua, signifiqué a los jefes de cuerpo que podian mandar hacer aguada en grupo de a cuatro soldados i un cabo. A los primeros que se desprendieron de la formación les cupo la desgracia de pasar sobre algunas minas automáticas, de que habia sembrado ese campo el enemigo, inutilizando dos soldados del rejimiento Santiago con fractura de pierna. Con tal incidente moví la columna al cerro i la coloqué en descanso. En este estado, i encontrándose US. ahí mismo, fué cuando llegó el ayudante Walker, de la 1.ª división, diciendo a nombre del jefe de ella, coronel don Patricio Lynch, que su fuerza estaba débil i diezmada; que el enemigo le hacia retroceder i que US. le protejiese. En vista de esta situación, me ordenó US. me dirijiese con toda mi brigada a ese punto que distaba tres cuartos de legua, poco mas o menos, movimiento que verifiqué a paso lijero. Habria recorrido cinco o seis cuadras i la misma orden me fué repetida por el ayudante del señor coronel Lynch don Juan Nepomuceno Rojas, por lo que me vi obligado a tocar paso de ataque i ordené acelerar la marcha en lo posible. Inmediatamente que estuve a cuatro cuadras del punto atacado, dispuse que el rejimiento Santiago, a las órdenes de su comandante, teniente coronel don Demófilo Fuenzalida, batiese por retaguardia al enemigo, pasando por una abra o camino que dejaban dos cerros en sus juntas. A los comandantes de los batallones Búlnes i Valdivia, que siguiesen el mismo trayecto que el Santiago i obrasen bajo las órdenes de su jefe; i finalmente, a los jefes del Caupolican i Concepción, que atacasen al enemigo por flanco izquierdo, en atención a que la 1.ª división, que atacaba de frente, era resistida todavía. 
 
Distribuida de esta manera mi tropa, me dirijí en busca de la primera porción, pues era ahí donde se notaba un fuego mas sostenido; pero que pronto cesó, indudablemente con la presencia i lijero tiroteo de la fuerza de la brigada. 
 
Me encaminé al morro i en el fuerte que se eleva sobre el mar encontré parte del batallón Caupolican i rejimiento Santiago, dándome cuenta el comandante de este último, de los ataques que se relacionan en su parte adjunto, i me presentó 632 prisioneros: de ellos 29 jefes i oficiales, 13 italianos i 590 soldados peruanos, i a mas un estandarte bordado sin nombre de cuerpo. Habia en ese fuerte dos piezas de grueso calibre, dos Krupp de campaña i considerable número de pertrechos de guerra. Momentos después se presentó ahí el señor Jeneral en Jefe i Ministro de la Guerra en campaña, quien, después de darle cuenta verbal, me ordenó bajar a ocupar con mi brigada un campamento en Chorrillos. 
 
En esta gloriosa jornada en que nuestros bravos soldados han despreciado trincheras, fosos i toda clase de fortificaciones, i en que solo se han ocupado nueve horas para desalojar al enemigo de sus formidables e inexpugnables posiciones, ha tenido la brigada 161 bajas; correspondiendo al rejimiento Santiago, el subteniente don Arnaldo Calderón, muerto, don Desiderio Huerta S., herido, i don Belisario López, contuso; 47 individuos de tropa muertos i 56 heridos; al Búlnes, 7 muertes i 9 heridos; al Valdivia, 4 muertos i 21 heridos; al Caupolican, 1 muerto i 4 heridos; i al Concepción, 4 muertos i 4 heridos. 
 
En conclusión, me hago un deber de manifestar a US. la honorable conducta observada en esta jornada por los señores jefes, oficiales e individuos de tropa que componen la brigada, mui especialmente la del comandante don Demófilo Fuenzalida que, con la intrepidez que lo es característica, atacó personalmente en su último atrincheramiento o sea en el morro, a las fuerzas enemigas. De la misma manera, la observada por mis ayudantes capitan don Manuel Emilio Aris i tenientes don Manuel Castañon i don Rodolfo Serrano, que supieron impartir mis órdenes con toda precisión i serenidad admirables. 
 
Felicito a US., i por su órgano al señor Jeneral en Jefe, por este glorioso triunfo que ha puesto a tanta altura las armas de nuestra República. 
 
Dios guarde a US. 
 
FRANCISCO BARCELÓ. 
 
Al señor Coronel jefe de la 3.ª división.
 
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 1018.
 

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