viernes, 5 de marzo de 2021

"La Guerra Chilena" Articulo de El Comercio de La Paz

 [El Batallón N.º 3 de Línea, formados en columnas en la Plaza Colón, días posteriores al desembarco de Antofagasta]
 
Marzo 1°
 
El atentado se ha consumado—el guante está echado—las cosas definidas.—Incapaz Chile de resistir por mas tiempo a sus antiguos proyectos de invasión, se ha lanzado a la guerra con tal precipitación, con una audacia tan descarada, que nos recuerda los buenos tiempos de la edad media. Sea que el Gobierno Pinto quisiese vengar en nosotros las humillaciones que le ha hecho pasar la República Arjentina, sea que constreñido por la lójica de nuestras razones, no hubiese encontrado otra salida, el hecho es que, rompiendo toda consideración, pasando por sobre todos los principios de justicia i de lejislacion internacional, sin previa declaratoria de guerra, ha ocupado nuestro territorio, desembarcando de sus buques, en nuestros puertos, completamente inerme, jente de guerra que ha roto nuestro escudo, que ha rasgado nuestra bandera, que ha victimado indefensos ciudadanos i vertido sangre boliviana, sangre de mujeres i de niños. Reservado estaba para Chile cometer, en pleno siglo XIX, hecho tan escandaloso i tan inícuo; reservado estaba para ella sola, entre todas las naciones de la América, el dictado de...; la palabra es dura i vale mas callarla.
 
La ocasión es solemne i no tenemos otra cosa que hacer, que aceptar la guerra, guerra que no hemos buscado, que no hemos querido i que tampoco esperábamos. Ella nos toma en condiciones bien desfavorables bajo todo punto de vista. Mientras por su marina de guerra puede Chile poner en pocos dias en nuestro litoral cuanto elemento de guerra quiera, Bolivia, que no posee un solo buque, encerrada en el corazón del continente, teniendo de por medio desiertos, cordilleras i territorios estranjeros, tiene que hacer obra de titanes para situar su ejército en los territorios invadidos; i hoi por hoi, la movilidad de ese ejército cuando el flajelo del hambre castiga nuestros departamentos del interior, es obra que puede asustar a todo el que estime en mas su vida que el honor nacional, porque, aun cuando tales sean los obstáculos que tengamos de encontrar i mucho mas, haremos, sí, la guerra a que se nos provoca: no se diga que nosotros los descendientes de esos héroes que en sangrienta lucha de 15 años conquistaron la independencia, no sabemos ni merecemos conservar la patria que nos legaron.
 
Verdad es que el patriotismo en Bolivia, a causa de nuestra existencia tan borrascosa, estaba amortiguado. Ambiciones personales, lucha de partidos esclusivistas, asesinatos sangrientos, completo olvido en nuestros Gobiernos de velar por el progreso moral i material del pais, en fin, la empleomanía, la vida a costa de los dineros del Estado, etc.
 
Pero así como en el mundo material un cataclismo trasforma la naturaleza, el golpe moral que acabamos de recibir ha reanimado las fibras de ese patriotismo espirante. Pueblo i Gobierno han comprendido que estamos en un momento decisivo, i que solo la unión puede salvarnos; por eso hemos visto que el Gobierno dicta una lei de amnistía, amplia i sin restricción i que el pueblo se agrupa como un solo hombre bajo los pliegues de nuestra bandera; un solo pensamiento alienta al pueblo boliviano: vengar la injuria que Chile nos ha inferido tan aleve como injustamente, pedirle cuenta de la sangre inocente que han vertido sus invasoras huestes i reivindicar nuestro territorio hasta morir en la demanda. ¿De qué nos serviría una vida deshonrada?
 
Sin hacernos ilusiones, motivos hai bien graves para creer que no estaremos solos en la liza con nuestros enemigos. Las naciones americanas i especialmente el Perú, están tan interesadas en la contienda como que les va en ello su honor. Cuando un ladrón ataca una casa, el vecino está en el deber de defender al robado, aunque le sea indiferente; asimismo entre las naciones, i esto es mas estricto en el derecho internacional, cuando una que se considera mas fuerte invade a otra mas débil, es deber de las demás salir a la defensa i restablecer el equilibrio; la nación que llamada a desempeñar este rol por sus relaciones o compromisos, su situación o su historia, no lo hace, tiene que confesar,— o que es egoísta, o que es impotente; en uno i otro caso su prestijio moral cae por tierra, i bien puede ya prepararse a sufrir mañana igual tratamiento. Mas no adelantemos reflexiones sobre este punto, porque no sabemos la actitud que tomen las repúblicas americanas en esta guerra; pues todas, pero particularmente las limítrofes, están en el deber de conservar el equilibrio americano que acaba de ser roto por Chile; i entre todas, el Perú, con quien tan íntimas, tan estrechas relaciones hemos mantenido antes i mantenemos en la actualidad, sabrá, lo esperamos, colocarse en el terreno que le señalan sus antecedentes i su propio honor.
 
Entre tanto, sea que contemos con alianza o no, no debe caber el desaliento en nuestro espíritu; defendemos la causa santa de la integridad de la patria,, i debemos saber de una vez si Bolivia es o no una nación libre, de vivir independiente. Hai un abismo de sangre entre nosotros i Chile. Si tal lo exijiera la fatalidad, viviremos en estado de continua guerra; pero dia llegará en que la justicia se cumpla, porque nunca puede prevalecer la usurpación contra el derecho; armémonos con las armas de la unión i del patriotismo; afrontemos la situación varonilmente i esperemos.
 
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 98.
 

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