jueves, 17 de junio de 2021

Discurso del Presidente Anibal Pinto en la apertura del Congreso Nacional del 1.° de Junio de 1880

[Oleo de Manuel Antonio Caro del presidente Anibal Pinto]
 
DISCURSO DE S. E. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN LA APERTURA DEL CONGRESO NACIONAL
 
Conciudadanos del senado i de la camara de diputados. 
 
Me es satisfactorio anunciaros que no han sufrido alteración las cordiarles relaciones que la República mantiene con las naciones amigas. 
 
Al daros cuenta en el año pasado de los primeros incidentes de la guerra a que nos provocaron los Gobiernos del Perú i Bolivia, acababa de tener lugar el glorioso combate de Iquique, i pudo desde entonces proveerse el resultado final de la contienda en que nos hallábamos comprometidos. Una bandera defendida por soldados como Prat i sus heroicos compañeros, debia indefectiblemente salir triunfante.
 
La necesidad de ejecutar en nuestras naves de guerra reparaciones urjentes i de protejer los trasportes que esperábamos de Europa con armas i pertrechos, nos obligó a suspender el bloqueo de Iquique, i a dejar débilmente guarnecidos los puertos del norte de la República. El enemigo aprovechó esa oportunidad para enviar al Huáscar i a la Union sobre nuestras costas consiguiendo en sus escursiones apresar uno de nuestros trasportes. 
 
Reparados nuestros buques, pudieron volver al norte en persecución de las naves enemigas, i no pasó mucho tiempo sin que la mas importante de ellas, el Huáscar, cayese en nuestro poder. 
 
En los primeros dias de octubre, el Huáscar i la Union, después de haber recorrido la parte de la costa comprendida entre Huasco i Tongoi, se dirijieron al norte. Prevenido el señor Ministro de la Guerra, que en esos momentos se encontraba en Antofagasta, acordó con el jefe de nuestra Escuadra un bien combinado plan, que dio por resultado el obligar al Huáscar a aceptar el combate que en muchas ocasiones habia rehuido. Os son conocidos los detalles de ese hecho de armas, que tanto honor hace al valor i pericia de nuestros marinos. 
 
A la captura del Huáscar, sucedió no mucho tiempo después, la de la cañonera Pilcomayo. Perseguida por el Blanco, fué abandonada por su tripulación, después de haber desparramado petróleo i prendido fuego en varios de sus compartimentos. Con arrojo i serenidad admirables, nuestros marinos abordaron el buque, i consiguieron estinguir el incendio, obteniendo una segunda victoria, mas difícil i peligrosa que el mismo apresamiento. 
 
La tripulación de la Pilcomayo, que se habia refujiado en los botes, fué jenerosamento recojida a bordo de nuestro blindado. 
 
Nuestra marina ha continuado sus importantes servicios, ya bloqueando los puertos de Arica, Ilo i Callao, ya impidiendo al enemigo el movimiento de sus trasportes i la conducción en ellos de tropas i armamentos. 
 
La captura del Huáscar nos permitió trasladar el Ejército acantonado en Antofagasta al departamento de Tarapacá, sin los inconvenientes que para esa operación oponía la existencia de aquella nave en poder del enemigo. 
 
En los últimos dias de octubre, se embarcó nuestro Ejército en Antofagasta; i el 2 de noviembre, efectuó su desembarco en el puerto de Pisagua i caleta de Junin. 
 
Un desembarco en presencia de fuerzas enemigas ha sido considerado siempre como una de las operaciones de guerra de mas peligrosa ejecución. A las dificultades consiguientes a la naturaleza de la empresa, se unian en esta vez las que presentan las condiciones de la rada, abordable solo en dos puntos para embarcaciones menores, i las ventajas que para defensa ofrece la topografía del terreno en que está situado el puerto de Pisagua. 
 
Los enemigos, colocados dentro de fosos abiertos en la misma playa, o detras de parapetos levantados en las faldas de los cerros que nacen en ella, podían hacer un fuego certero i mortífero sobre las embarcaciones que conducían a nuestros soldados desde los buques al punto donde debia efectuarse el desembarco. 
 
Las ventajosas posiciones del enemigo no fueron, sin embargo, bastante poderosas para impedirlo. La mayor parte de las bajas sufridas por nuestra tropa tuvieron lugar a bordo de las lanchas, pues una vez en tierra el enemigo cedió fácil mente al ímpetu 'de nuestros soldados. 
 
Ocupado el puerto de Pisagua, el ejército enemigo acantonado en Iquique, la Noria i otros puntos del departamento de Tarapacá, estaba vencido. Cortadas sus comunicaciones con el mar por el bloqueo de Iquique, i con el norte por la ocupación de Pisagua i de la línea férrea que de ese puerto Va al interior, no quedaba al enemigo mas alternativa que venir a buscarnos para sufrir una probable derrota, o huir esponiéndose a una desastrosa dispersión. 
 
Los jefes del ejército aliado se decidieron por el primero de estos partidos. Concentraron sus fuerzas i se dirijieron sobre nuestro ejército, cuya vanguardia se hallaba situada en Dolores. Apesar de su superioridad numérica, el ejército enemigo fué rechazado por nuestra división de vanguardia, después de un combate de dos horas. 
 
Gracias a las dificultades que para la persecución presenta el desierto, los restos del ejército enemigo pudieron reorganizarse en el pueblo dé Tarapacá, i allí tuvo lugar un nuevo combate que puso en relieve las dotes militares que caracterizan al soldado chileno. 
 
Despues de la acción de Tarapacá, todo el territorio que lleva ese nombre quedó libre de enemigos; i cimentada la ocupación, i reorganizado el ejército nos preparamos para llevar las hostilidades mas al norte. 
 
La circunstancia de encontrarse situado en el departamento de Tacna el ejército aliado de mas importancia por el número i calidad de sus tropas, i la conveniencia de dejar mejor asegurada la ocupación del territorio de Tarapacá, unida a la de quitar al enemigo la posesión de un puerto bien fortificado como el de Arica i situado a pocas millas de Pisagua, nos decidieron a enviar un ejército a Ilo con el objeto de batir las fuerzas aliadas, i obtener las otras ventajas que acabo de indicar. 
 
El desembarco en Ilo se efectuó sin dificultad el dia 25 de febrero; i una vez que se consiguió poner en tierra los víveres, forrajes i pertrechos, se envió una división a Moquegua con el objeto de cortar las comunicaciones entre Tacna i Arequipa. 
 
Moquegua se hallaba defendida por una división peruana que, a la aproximación de nuestra tropa, se fortificó en la cuesta de los Anjeles, posición que los enemigos consideraban inespugnable, pero que fué fácilmente dominada, gracias al bien concertado plan de ataque i a la serenidad i arrojo con que nuestros soldados lo ejecutaron. 
 
Como el ejército aliado acantonado en Tacna parecía decidido a mantenerse en esa posición, el nuestro se dirijió hacía aquel punto con el propósito de presentarle batalla. 
 
La marcha al través del desierto que servia de escudo al enemigo fué tardía i penosa. Mui serias dificultades ofreciala conducción de víveres, de artillería, dé municiones, de forraje i de agua; pero todas ellas fueron vencidas por el patriotismo i la abnegación de los jefes, oficiales i tropa de nuestro ejército. 
 
La victoria del 27 del pasado mayo ha sido el digno coronamiento de una campaña que será recordada en la historia militar por las contrariedades de todo jénero que fué necesario vencer. 
 
En Tacna, como en Pisagua, como en los Anjeles, las posiciones que ocupaba el enemigo, i que la naturaleza i el arte habian fortificado, no fueron suficientemente poderosas para detener el ímpetu de nuestros soldados. 
 
Tanto en mar, como en tierra, la fortuna ha sido adversa a los aliados. Su marina ha sido aniquilada; i su tropa veterana, concluida i desmoralizada por una serie de derrotas. Permitido nos es esperar que los Gobiernos del Perú i Bolivia, acatando el fallo del destino, harán cesar una guerra injusta en su oríjen, i que ha sido desastrosa para los países que ellos representan. 
 
Eterno reconocimiento debemos a los que, olvidando familia e intereses, acudieron presurosos al llamado de la patria. Muchos de ellos han rendido la vida en alguna acción de guerra, o víctimas de la insalubridad del clima, o de las fatigas de la campaña. 
 
No necesito recomendar a vuestra solicitud la suerte de sus familias. Ya habéis manifestado que sabéis estimar, como merecen, los servicios de aquellos a quienes Chile confió el honor de su bandera. 
 
Echareis de menos a vuestro lado a uno de vuestros mas simpáticos i distinguidos colegas. El señor Sotomayor ha desempeñado en el curso de esta guerra comisiones tan importantes como ingratas, molestas i de gravísima responsabilidad. Las desempeñó con la laboriosidad, con la intelijencia, con la elevación de miras que puso siempre en el cumplimiento de sus deberes en una vida consagrada por entero al servicio del país. Su muerte, en vísperas de una victoria, preparada en gran parte por sus desvelos, le privó del único galardón que la nobleza de su alma apetecida. 
 
Las consecuencias ordinarias de la guerra poco se han hecho sentir, al menos hasta este momento entre nosotros.
 
Ha coincidido con la guerra una mejora notable en los negocios, debida a las buenas cosechas de los dos últimos años, al alza del precio del cobre i del salitre, i mas que todo, a que en el año pasado principiaron a producir su efecto las economías a que se sometió el país por consecuencia de la crisis comercial e industrial de los años anteriores. 
 
El dinero es en el dia mas abundante que antes de la guerra; el interés ha bajado; hai mas facilidad para las transacciones; i los valores han tenido en jeneral una alza considerable. 
 
El movimiento comercial del año pasado ascendió a 59.360,226 pesos. De esta suma, 36.620,226 pesos corresponden a la esportácion, i 22.740,000 pesos a la importación, superando, como lo habréis notado, la primera a la segunda en 13.880,226 pesos.
 
La esportácion del año pasado, comparada con la del año de 1878, aumentó en 6.892,401 pesos; i la importación disminuyó en 2.582,011 pesos. 
 
El valor de los productos agrícolas esportados ascendió en el año pasado a la suma de 12.811,570 pesos, excediendo al año anterior en 4.138,009 pesos. Los productos de la minería figuran en la esportácion por 20.280,258 pesos, suma superior en 2.754,392 pesos al valor de los mismos productos esportados en 1878. 
 
No aparece en el movimiento comercial indicado el del puerto de Antofagasta por no haberse recibido aun en la oficina correspondiente los datos relativos a esa aduana. 
 
Las entradas ordinarias i estraordinarias en el año de 1879 ascendieron a la cantidad de 27.693,087 pesos 74 centavos, i los gastos a la cantidad de 24.777,360 pesos 12 centavos. En esta última cifra, no se comprende una buena parte de los gastos hechos por nuestra Legación en Europa, por estar aun pendiente su liquidación. 
 
Ocupado el territorio de Tarapacá por las armas de la República, el Gobierno ha dedicado especial atención al aprovechamiento de los valiosos recursos fiscales allí existentes. Tras de nuestro Ejército, han marchado constantemente los empleados de la administración, organizando i poniendo orden en la recaudación de las rentas que pertenecían al enemigo. 
 
Apesar de las graves perturbaciones que ha introducido la guerra en el territorio que ha servido de centro de operaciones marítimas i terrestres, perturbaciones que han sido reagravadas particularmente con la emigración de los brazos chilenos que daban movimiento a las mas importantes faenas de ese litoral, sus principales fuentes de recursos, que son la aduana, el salitre i el guano, han comenzado a suministrar o suministrarán en breve fuertes sumas al Erario nacional. 
 
El triunfo de nuestro Ejército en Tacna acabará de llevar la quietud a los espíritus, i las transacciones del comercio i de la industria, tomando todo su vuelo, abrirán un vasto campo de acción al capital i al trabajo. 
 
A fin de facilitar el movimiento comercial, se ha implantado el réjimen aduanero de la República en todos los territorios ocupados por nuestras armas; i abatiendo los gravámenes que, pesaban sobre nuestros productos a su internación, hemos abierto nuevos mercados de consumo, a la riqueza nacional, estrechado las relaciones comerciales que antes manteníamos. 
 
Por ventas de salitre, o por derechos cobrados a la esportácion de ese articulo, el Tesoro público ha percibido ya gruesas sumas i al presente, un buen número de naves preparan su cargamento en Iquique para conducirlo al mercado europeo por cuenta fiscal. 
 
En los depósitos de guano, se ha puesto también trabajo, i en poco tiempo mas, la esplotacion comenzará a tomar desarrollo. 
 
Los cuantiosos gastos de la guerra han sido oportunamente satisfechos hasta ahora con los recursos que habéis votado en diversas ocasiones, con el aumento de las rentas ordinarias, debido al acrecentamiento de la riqueza del pais, i con los recursos que hemos comenzado a percibir en los territorios dominados por nuestro Ejército. 
 
Apesar de que estas dos últimas fuentes continuarán tomando mayor incremento por el curso natural de las cosas, i apesar de que los mas fuertes desembolsos que demandan el armamento i el equipo del Ejército i de la Escuadra están ya hechos, necesario será todavía hacer un nuevo sacrificio para acabar de consumar la grande empresa en que el pais está comprometido. 
 
Conciudadanos del senado i de la cámara de diputados: 
 
Si os he hablado con grata complacencia de las glorias alcanzadas por nuestro Ejército i nuestra Marina, tengo también la satisfacción de hablaros de la noble, serena i patriótica actitud que el pais ha conservado durante el curso de esta guerra. 
 
La tan jenerosa como eficaz ayuda prestada al Gobierno por el pais entero, ha sido el primero i mas importante elemento que ha concurrido a preparar i obtener los triunfos que justamente celebramos hoi. Dominados los partidos por un elevado espíritu de patriotismo, se han impuesto un cuerdo i oportuno silencio respecto de todas aquellas cuestiones que pudieran encender los ánimos i provocar irritantes discusiones. Siempre será un motivo de lejítimo orgullo para el pais, como para el Gobierno, haber sostenido la actual guerra, tan dificultosa por los recursos que ha sido menester emplear, en medio de la mas profunda paz interior, sin que se haya alterado el orden constitucional, ni suspendido una sola de las garantías que las leyes aseguran a todos los ciudadanos. 
 
Cuando un pueblo puede, como Chile, emprender i sostener una guerra sin perturbar el orden constitucional, ese pueblo se ha conquistado una gloria no ménos envidiable que la obtenida por nuestros soldados en los campos de batalla. 
 
Los partidos han comprendido que, mientras se ventilaba con las armas en la mano la honra de la República, debían deponer todas sus pretensiones i querellas. Han obedecido con esta conducta a nobles sentimientos; i yo espero que no se desviarán de la senda que se han trazado hasta ahora, mientras la guerra no haya llegado a un feliz término. Siempre tendrán tiempo para debatir con calma i tranquilidad todas la cuestiones que puedan efectarles; i cualesquiera que sean los propósitos que los ajiten, que nunca serán otros que los que puedan debatirse dentro de la esfera legal, el Gobierno se empeñará por mantenerse en un terreno esencialmente neutral, que sirva de garantía a todos ellos. 
 
En algún tiempo mas, habrán de tratarse cuestiones políticas de trascendental importancia para el porvenir de la República, i espero que ellas serán resueltas por la libre acción de la opinión pública, según corresponde a un pueblo en el cual las instituciones republicanas han echado, como en Chile, tan hondas raíces. 
 
El Gobierno, obedeciendo a sus propias convicciones, i respetando los votos de la Nación, considera como un deber suyo el declarar que no se injerirá en asunto que, a su juicio, corresponde a la espontánea iniciativa de los ciudadanos. 
 
Confio en que la República, cualesquiera que sean las vicisitudes por que haya de atravesar, seguirá siempre tranquila i gloriosa, mediante vuestra valiosa cooperación i vuestros oportunos consejos. No nos faltará en esta obra el apoyó del Todopoderoso, como no nos han faltado jamás los esfuerzos i los ausilios del mas levantado patriotismo. 
 
Santiago, junio 1.° de 1880. 
 
ANÍBAL PINTO.

Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 678.

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