Una nueva batalla ha tenido lugar, i otra vez las armas de Chile han salido victoriosas. Pisagua, Dolores, Tacna i Arica, todos dicen lo mismo. Los afeminados peruanos no pueden sostenerse contra los impetuosos chilenos. Los detalles del combate de Tacna publicados hasta ahora muestran que el ejército aliado fué completamente disperso, i nada se ha oido, sin embargo, de que se haya rehecho en alguna parte.
Lo mas singular es que un ejército compuesto de los hombres mas escojidos del Perú, ejercito del cual hablan con tanto orgullo los últimos diarios de Lima, fueron deshechos después de pocas horas de combate i no se halla vuelto a hablar de ellos.
La toma de Arica era consecuencia lójica de la victoria de Tacna ; pero no podia pensarse que, en poco mas de una hora, dos rejimientos bastasen para tomar esta plaza. Sus defensores parecen haber combatido bien, mejor, ciertamente, que en ninguna otra batalla de la presente guerra; pero sus esfuerzos fueron inútiles.
Hace un año, unos 15,000 hombres de tropas aliadas ocupaban la rica provincia de Tarapacá. Tres batallas los ahuyentan, i a los menos 1 0,000 soldados deben haber engrosado el ejército de 12,000 hombres que defendía a Tacna i Arica, límites al norte del desierto de Tarapacá.
¿Dónde están los 27,000 soldados que formaban esos dos ejércitos?
Podemos suponer que, escepto 5,000 que han sido muertos o tomados prisioneros, el resto ha dejado las armas i vuelto a sus hogares.
La gran cuestión ahora es si se necesita o nó ir a Lima.
La prensa i la opinión pública son favorables a esta medida; pero hai ciertas dificultades para hacerlo que no han sido estimadas en su verdadero valor.
El Ejército chileno no es numeroso. Hai muchos hombres que quieren servir; pero, por razones que no se conocen, el Gobierno no ha formado un Ejército suficientemente fuerte para obrar prontamente.
Para atacar una ciudad como Lima seria necesario enviar un Ejército de 20,000 a 30,000 hombres; mientras que para defender a Tacna i Arica contra la posibilidad de un ataque, sé requieren a lo menos de ocho a diez mil hombres; pues nosotros debemos tener presente que de los 27.000 enemigos dispersos, algunos pueden hostilizar las posiciones chilenas, ya como guerrilla, ya en otra forma.
¿Dónde, cuándo i cómo se formará el Ejército que debe operar contra Lima?
Es perfectamente conocido que el mayor enemigo del soldado chileno en el Perú es el clima; estamos ahora en el invierno, pero sino se avanza luego, llegará la estación calorosa con sus fiebres i la guerra durará otro año.
Chile puede dar para sostener la guerra durante diez años, si es necesario; pero lo mas pronto es lo mejor, en atención al comercio, i al progreso. Los peruanos pueden o no apreciar justamente esta situación. Los peruanos pueden pedir la paz cuando les lleguen las noticia de la destrucción total de su ejército del sur; pero Chile debe ir adelante con enerjía i dar el golpe en Lima i el Callao sin pérdida de tiempo.
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 673.
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