Batallón Melipilla.
Callao, enero 25 de 1881.
De órden del capitán de navio, señor Patricio Lynch, jefe de la primera división, dejé el campamento de Lurin el 12 del presente para unirme al rejimiento Coquimbo i ponerme a las órdenes del jefe de dicho rejimiento, señor José María 2.° Soto; quien me previno marchábamos a atacar las fortificaciones de la derecha de la línea enemiga, situadas en los morros del Salto del Fraile.
A las 6 P. M. nos pusimos en marcha, cubriendo la retaguardia el cuerpo de mi mando.
A las 4:45 A. M. del siguiente dia, hora en que avistamos las posiciones que debíamos atacar, el enemigo rompió sus fuegos sobre las primeras guerrillas del Coquimbo i las de mi batallón, al frente de las cuales marchaba el valiente sarjento mayor don Nicolás González Arteaga i en breve tiempo el enemigo fué desalojado de sus primeras fortificaciones replegándose a otras de mayor altura, en donde continuamos atacándolo hasta obligarlo a reconcentrar sus fuerzas.
El ataque se verificó ocupando el Coquimbo el centro, el mayor González Arteaga la derecha con una parte del batallón, i el que suscribe flanqueó la derecha del enemigo uniéndome al .grueso de las fuerzas.
En tal situación se continuó el ataque hasta que, herido el bravo comandante Soto, tomé el mando de las fuerzas i ordené atacar al Coquimbo, al mando del valiente teniente coronel don Marcial Pinto Agüero, de frente i en guerrillas sucesivas, i el Melipilla por la derecha e izquierda en la misma forma, logrando asi desalojar i poner al enemigo en completa derrota, i quedando dueños de cuatro trincheras, seis piezas de artillería i dos ametralladoras.
Derrotado el enemigo, fué perseguido por nuestras tropas hasta el mar, en donde se hicieron ochenta prisioneros entre jefes, oficiales i tropa; aparte de doscientos que tomó el Coquimbo, dejando en el campo, al lado del mar, mucho mayor número de muertos.
Creo escusado manifestar a US. el arrojo i valentía de la oficialidad e individuos de tropa de ambos cuerpos, puesto que el espléndido triunfo obtenido es la prueba mas elocuente de su buen comportamiento.
En la batalla de Miraflores, al salir con mi cuerpo a reunirme a la primera división, recibí orden del señor jeneral en jefe para protejer la artillería de dicha división que marchó a impedir que el enemigo flanquease la derecha de nuestro ejército, cuya artillería rompió sus fuegos sobre el enemigo desde un morro, i allí permanecimos hasta que terminó la batalla, habiendo tenido solo una baja de un sarjento herido i veintitrés en Chorrillos, entre muertos i heridos.
Lo que participo a Ud. para su conocimiento i demás fines.
Dios guarde a Ud.
VICENTE BALMACEDA.
Al señor comandante de la 1ª brigada de la l. ª división.
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 1001.
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