Segunda división.
Comandancia en jefe de la segunda división.
San Borja, enero 25 de 1881.
Señor Jeneral en jefe:
El 13 del presente al amanecer, cumpliendo con lo ordenado por US., la división de mi mando, que marchó durante la noche por la parte de atrás o al norte del cerro de la Tablada, desembocó por la planicie llamada Pamplona. La 1.ª brigada, mandada por el coronel don José Francisco Gana, iba a la cabeza. El rejimiento Buin, desplego en línea de combate, continuó sin disparar un tiro hasta el pié de las posesiones enemigas; en una segunda línea, apoyándolo, seguia el rejimiento Esmeralda; a éste el Chillan, i mas atrás el Curicó i batallón Victoria de la 2.ª brigada.
Los tres primeros rejimientos atacaron el tercer cuerpo del ejército del norte, mandado por el coronel peruano señor Dávila, i el ejército del centro, formando un cuarto cuerpo, bajo las órdenes del coronel Cáceres, estacionado en San Juan, fuertes ambos cuerpos de diez mil soldados.
El rejimiento Buin fué el primero en desalojar al enemigo de sus atrincheramientos, subiendo escarpados cerros, lo cual hace honor a la pujanza de esos soldados. El Esmeralda i Chillan penetraron en San Juan barriendo con cuanto se les ponia por delante, tomando en mui poco tiempo posesión de esa localidad.
Derrotados los ejércitos peruanos del norte i centro, la mayor parte de los dispersos se replegaron sobre Chorrillos, juntos con el dictador Piérola, de cuya ciudad fueron desalojados por las tropas de mi división, apoyada por los cuerpos de la tercera, la artillería de montaña del comandante González imayor Jarpa, que en aquellos momentos se encontraban bajo mis órdenes, así como la demás tropa del ejército.
El 3.° de línea de la división de mi mando fué separado con anterioridad para formar la reserva con los rejimientos Zapadores i Valparaiso. Por este motivo no conozco los servicios que prestó en los primeros momentos de la batalla; pero en la toma de Chorrillos llegó en los instantes en que los enemigos amagaban con un fuego nutrido a nuestra artillería, logrando este disciplinado rejimiento desalojarlos de las tapias tras las cuales hacían fuego a nuestros artilleros mandados por mayor Jarpa.
El rejimiento Lautaro batía por nuestra derecha i a retaguardia las tropas enemigas que, situadas en altos cerros, podían habernos hecho mucho mal sin su ayuda.
Me hago un deber, señor jeneral, en recomendar la brillante conducta i disciplina del rejimiento Buin; la decisión de los rejimientos Esmeralda i Chillan, cuyos jefes i oficiales no dejaron un momento de animar i dirijir a sus soldados.
El jefe de la primera brigada, coronel don José Francisco Gana, desempeñó su puesto con la tranquilidad i pericia de un valiente, hallándose en el mismo caso el coronel don Orozímbo Barbosa, jefe de la segunda brigada, que tan buenos servicios ha prestado en esta campaña.
En la batalla de Miraflores a mi división le cupo desempeñar un papel secundario. La primera brigada quedó formada en la línea férrea como de reserva; la segunda por orden de US. marchó del lado de San Juan con el objeto de protejer la derecha de nuestras tropas de ataque, de un flanqueo de parte del enemigo. En esta operación nos prestó mui buenos servicios el mayor don Emilio Gana con su artillería de montaña, protejida por el rejimiento Artillería de Marina i batallón Melipilla.
En estos crudos i continuados combates hemos tenido considerables bajas, que lamento por ser de los cuerpos mejor disciplinados de nuestro ejército.
El número total de muertos asciende a un jefe, sarjento mayor del rejimiento Chillan, don Nicolás 2.° Jiménez, doce oficiales i doscientos cuarenta i cuatro individuos de tropa.
El número de heridos es el siguiente: tres jefes, teniente coronel, jefe del rejimiento Curicó, Joaquin Cortés; teniente coronel, jefe de Estado Mayor, don Baldomero Dublé A., i el sarjento mayor del rejimiento Buin, don Juan E. Vallejos; veintinueve oficiales i ochocientos ochenta i ocho individuos de tropa, lo que hace un total de mil setenta i siete en todo.
El teniente coronel don Baldomero Dublé A., jefe de Estado Mayor de la división, fué herido en Chorrillos. Este jefe, que con todo empeño ha contribuido a la buena organización del servicio de campaña, desempeñó su cometido el dia 13 con toda calma i serenidad.
También fué herido en Chorrillos mi ayudante de campo, teniente don Juan García, joven oficial de mui buena voluntad para el servicio i contraído a sus deberes.
Tanto los oficiales de Estado Mayor como mis ayudantes de campo han cumplido con su deber i a mi entera satisfacción en todos los momentos de la batalla.
El sarjento mayor don Gabriel Alamos, del Estado Mayor Jeneral, también me sirvió, varias veces de ayudante con acierto i decisión.
Creo del caso hacer una recomendación especial del sarjento 2.° del rejimiento Buin, Daniel Rebolledo, que fué el primero en plantar el estandarte nacional sobre uno de los fuertes atacados; como también del cabo 1.° Juan de Dios Jara, del mismo rejimiento, que en ese mismo punto quitó al abanderado peruano el estandarte del batallón Ayacucho núm. 4.
El comandante del rejimiento Esmeralda, don Adolfo Holley, tiene en su poder dos estandartes tomados el uno en San Juan i el otro en Chorrillos, i que oportunamente pondré a disposición de US.
Acompaño a este parte los pasados por los jefes de brigada i cuerpos que la componen, como asimismo la lista de muertos i heridos en las dos batallas indicadas.
Dios guarde a US.
E. SOTOMAYOR.
Al señor Jeneral en Jefe del Ejercito del norte.
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 1006.
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