miércoles, 10 de febrero de 2021

Parte oficial de Luis Solo Zaldívar sobre la Batalla de Chorrillos

 [Fotografia de Luis Solo Zaldívar]

Rejimiento 4.° de línea.
 
Chorrillos, enero 14 de 1881.
 
Señor Comandante:
 
Paso a dar cuenta a US. de la parte que cupo al rejimiento de mi accidental mando, en la batalla del 13 del corriente, contra las posiciones de Chorrillos ocupadas por el ejército peruano.
 
Omito, señor coronel, entrar en los detalles de la marcha que efectuó el cuerpo desde Lurin a ese punto, pues obran ya en su conocimiento por haber marchado US. a la cabeza de él, i me limito únicamente a dar cuenta de los detalles de la batalla, por la larga estension en que se desarrollaron los acontecimientos, como por haberle tocado al cuerpo atacar las diferentes posiciones del ala derecha del enemigo i haber tenido que sostener distintos combates parciales, completamente independientes unos de otros.
 
Estando acampados a la vista de las posiciones enemigas, en la madrugada del 13, recibí orden de US. para hacer desplegar en batalla el segundo batallón del rejimiento, apoyando su derecha en la izquierda de un batallón del rejimiento Talca i que el primero hiciese igual despliegue a retaguardia, apoyando también su derecha en la izquierda del otro batallón del mismo rejimiento; lo que se efectuó a la brevedad posible. En este orden, empezó la marcha hacia las posiciones enemigas, que apenas se distinguían por la claridad del dia, habiendo marchado la línea de vanguardia por la diagonal a la derecha i la de retaguardia por la izquierda, de manera que cuando el enemigo rompió sus fuegos, 4 hs. 55 ms. A. M., nuestras dos líneas formaban una sola, quedando el segundo batallón del rejimiento separado del primero, por un batallón del rejimiento Talca.
 
Inmediatamente empezamos a ascender, sin recibir todavía el fuego enemigo; pero no bien íbamos a media falda del cerro que atacábamos, cuando se sintieron los primeros disparos de artillería i fusilería, haciéndose inmediatamente jeneral en toda la línea enemiga. Como las posiciones ocupadas por el ejército peruano eran mui desventajosas para nosotros, dispuse, conforme a la orden de US , que el primer batallón que marchaba bajo mis inmediatas órdenes, continuase su ascenso sin hacer fuego, hasta que estuvimos mui cerca de las trincheras, que mandé romperlo i atacar simultáneamente.
 
Esto, señor coronel, se hizo a la mayor brevedad i no sin esfuerzo se logró desalojar al enemigo que fué obligado a retirarse a otros parapetos que doblaban hacia el NO., abandonando en este primero algunas piezas de artillería que no pudo arrastrar consigo en su precipitada fuga. Continuó inmediatamente el ataque a estos atrincheramientos, hasta que a las 7 i media A. M., como con quince o veinte hombres, habíamos logrado tomar, con muchos esfuerzos, la penúltima trinchera i quedar mui cerca de una gran parte del ejército enemigo que se encontraba parapetado en la cima de una loma inespugnable por el frente i la que nos hacia imposible flanquear, por el corto número de tropa con que se contaba.
 
Cumpliendo la orden del señor coronel don Gregorio Urrutia, jefe de estado mayor de la primera división, la poca tropa que se encontraba en esta última trinchera bajó a ocupar el pié de las posiciones enemigas, permaneciendo allí mas de una hora esperando un refuerzo que llegó, pero que fué en corto número, pues no pasó de veinte a treinta hombres; mientras tanto estábamos protejidos únicamente por una batería de artillería al mando del capitán señor José Antonio Errázuriz, quien después de un continuado i largo fuego, se retiraba por haber agotado sus municiones.
 
El segundo batallón del rejimiento, al mando del sárjento mayor don Miguel Rivera, avanzaba por el valle en nnestra protección, pero todavía distante, pues habia atacado mas a la derecha otros atrincheramientos. A la vista de este refuerzo, el enemigo bajó de sus posiciones a atacar el corto número de tropa que estaba a su pié i encontrándonos escasos de fuerzas i municiones, a consecuencia del largo trayecto que habíamos recorrido haciendo fuego, nos batimos en retirada hasta agotar por completo éstas, dejando una gran parte de la jente en el campo por salvar el estandarte que nos precedía en todo ataque i de lo que tengo la satisfacción de dar cuenta a US.
 
Como US. presenció la retirada de esta pequeña fuerza que sostenía al grueso del ejército enemigo en sus posiciones, escuso manifestar a US. que en el corto trayecto en que tuvo lugar ésta, fué en el mayor orden i que apesar de ser perseguidos muí de cerca nos parapetamos en las que há poco habíamos abandonado i donde US. se encontraba, ordenando al rejimiento Valparaiso que flanquease i entrase en nuestro apoyo. Acto continuo me replegué a él i continuamos nuevamente el ataque hasta que se logró poner en completa fuga al enemigo.
 
Debo manifestar a US. que en el trayecto recorrido se logró tomar algunas piezas de artillería, ametralladoras i gran número de municiones.
 
En las ocho o nueve horas en que el rejimiento se encontró bajo el fuego del enemigo, se condujo, señor coronel, siempre a la altura de su deber i de su nombre.
 
Tengo el sentimiento de anunciar a US. el fallecimiento de los dignos oficiales, capitán señor Casimiro Ibañez i subtenientes señores Pedro Wenceslao Gana i Anjel Custodio Gana Corales. El primero cayó en la retirada, defendiendo el estandarte, que tuvo en su poder desde que fueron heridos los subtenientes señores Manuel O. Prieto i Miguel Bravo i el cabo primero de la escolta del mismo, Estanislao Jara.
 
Debo manifestar a US. el arrojo, serenidad i valor del sarjento mayor señor Miguel Rivera, capitanes ayudantes señores Pablo Marchant i Juan Urrea i capitanes señores Emilio A. Marchant, José Antonio Contreras, Luis Víctor Gana, Ricardo Gormaz, Carlos E. Wormald, Martin Bravo i Juan Bautista Riquelme.
 
Acompaño a US. una relación de las bajas ocurridas en el cuerpo en la batalla de que doi cuenta, ascendentes entre muertos i heridos, a catorce oficiales i doscientos ochenta i nueve individuos de tropa.
 
Usía, por el número de bajas, podrá juzgar del comportamiento del cuerpo de oficiales, como asimismo de los individuos de tropa que siempre se encontraron en sus puestos.
 
LUIS SOLO SALDÍVAR
 
Al señor Comandante Jeneral de la 2.ª brigada de la 1.ª división.
 
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 1002.

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