[Fotografia de Domingo de Toro Herrera]
Rejimiento Chacabuco.
A bordo del trasporte Itata, enero 20 de 1881.
Señor coronel:
Tengo el honor de pasar a dar cuenta a US. de la parte que cupo al rejimiento de mi mando en la jornada del 13 del presente.
A las 3 A. M. en cumplimiento de órdenes de US., el rejimiento se desplegó en batalla en la forma siguiente: el 2.° batallón a la izquierda del 2° batallón del 4.° de línea i el 1.° en la misma situación del 1.° de aquél, emprendiendo así una marcha que duró dos i media horas mas o menos.
Al aproximarnos a las posiciones del enemigo, éste rompió un fuego nutridísimo dé fusilería, ametralladora i artillería.
Mi tropa avanzó desplegada en guerrilla en la situación espresada, sin contestar los fuegos contrarios durante algún tiempo, hasta hallarse en posición de emprender ataque, el que ejecutó simultáneamente con el 4.° A pesar de la gran dificultad que ofrecía la calidad arenosa i pecada del terreno para el camino ascendente, i del mortífero fuego que nos hacia el enemigo estando detras de escelentes trincheras, las alturas fueron tomadas en cuarenta minutos próximamente, llegando a ellas en los momentos en que aclaraba el dia.
Al abandonar el enemigo estas posiciones se replegó a su derecha sobre las trincheras i obras de defensa que tenia en adecuada combinación sobre todas las alturas de los cerrillos que se unen con Chorrillos; pero fué atacado vigorosamente en sus nuevos parapetos por ambos rejimientos, los cuales de consuno desalojaron al enemigo sucesivamente de todas sus posiciones. Al atacarlos en la tercera de ella fui herido; mas, creyendo mi herida de poca consecuencia, continué en mi puesto como hasta las 7.30 A. M., hora en que me retiré por haber muerto mi caballo e hiriéndome un segundo que monté. Entregué entonces el mando al señor teniente coronel B. Zañartu, quien fué también herido mortalmente tres cuartos de hora después, quedando por este motivo a cargo del rejimiento el sarjento mayor señor Quintavalla, hasta el término de la jornada.
Siete trincheras fueron tomadas sucesivamente al enemigo hasta llegar al cerro llamado de la Calavera, donde fuimos rechazados en razón del corto número de los nuestros i de que las baterías de montaña de los señores capitanes Errázuriz i Fontecilla tuvieron que suspender sus fuegos a causa de haberse agotado sus municiones.
Las espresadas baterías protejian de una manera eficaz la marcha de la tropa, sosteniendo constantemente el fuego contra el fuerte estremo del cerro de Chorrillos; pero una vez que éste no tuvo ya que contestarlos, concentró todos sus fuegos de artillería i ametralladoras sobre nuestra infantería, al mismo tiempo que la enemiga coronaba las alturas en cuádruplo número, tomándonos por el flanco. Fuimos; pues, rechazados, pero solo por un momento de la posición que ocupábamos; mas US. i el señor jefe de estado mayor de la primera división, reorganizaron el ataque para no detenerse sino en las alturas del Salto del Fraile.
Durante el combate tuvimos diezinueve bajas de oficiales, muchos de los cuales cayeron en las últimas trincheras.
Me permito recomendar a US. la brillante conducta de los señores oficiales, conducta de que es una prueba evidente el número de bajas de que he hecho referencia. Los señores capitanes Otto Moltke, José F. Lira, Arturo Salcedo, Luis Sarratea i José F. Concha son dignos de una mención especial de honor, lo mismo que los tenientes Pedro Fierro i Víctor Luco, i subtenientes Onofre Montt, C. Prenafeta, Ricardo Soffia, Arturo Echeverría, Waldo Villárroel i Carlos Cortés, quienes no abandonaron un solo instante su puesto hasta la toma del último reducto.
Merecen una mención mui especial mis ayudantes tenientes Marcos Serrano i Carrera i subteniente Pérez Canto, por su valor i actividad i particularmente el segundo por su serenidad i admirable valor a toda prueba.
En cuanto al rejimiento en jeneral, creo un deber manifestar a US. que, en mi convicción, él ha cumplido dignamente con su deber.
Entraron en el combate 914 individuos, incluso 35 oficiales; i a la lista de tarde, el dia de la batalla, la fuerza presente era de 577 hombres, faltando, por consiguiente, 356 hombres i 19 entre jefes i oficiales muertos i heridos.
Dios guarde a US.
D. TORO HERRERA.
Al señor coronel jefe de la 2.ª brigada de la 1.ª división.
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 1003.
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