(Recibido a las 11,15 P. M.)
Iquique, Enero 19 de 1881.
Señor Presidente:
Miraflores, Enero 16 de 1881.—Ejército chileno se encuentra a las puertas de Lima i dispuesto a bombardear la ciudad hasta obtener su rendición incondicional. Para llegar hasta Lima ha librado dos grandes batallas i obtenido dos inmortales victorias.
El 13 tuvo lugar la gran batalla de Chorrillos. Veinticinco mil peruanos ocupando las mas formidables posiciones que sea posible imajinar fueron completamente arrollados por la mitad de nuestro ejército.
A las 5 A. M., la División Lynch, formando la izquierda de nuestro ejército, inició brillantemente el ataque en contra de la derecha enemiga.
Como tres cuartos de hora mas tarde entraba al fuego la Brigada Gana de la División Sotomayor con el encargo de atacar el centro e izquierda enemiga. Combate se sostuvo con estraordinaria enerjía. Nuestra infantería, protejida admirablemente por los fuegos certeros de la artillería. Jeneral en Jefe con gran oportunidad mandó tres rejimientos de reserva, Zapadores, 3.° de linea i Valparaiso, al mando de su jefe Arístidcs Martínez, a protejer la División Lynch, que se batía heróicamente en una estensa línea.
6.45 A. M., toda la gran línea enemiga quedaba en poder de nuestros bravos. En esta vez, mas de 4,000 muertos peruanos dan testimonio de que la resistencia vencida era digna del valor de nuestros soldados.
Las tres armas rivalizaron en bravura, i han cosechado igual gloria. La caballería. Granaderos i Carabineros dieron admirables cargas. Desde la 7 A. M. hasta las 2 P, M.la resistencia quedó reducida a Chorrillos.
Este combate impuso un cansancio enorme a nuestras tropas, pero el resultado nunca fué dudoso.
Nos costó, sin embargo, muchas pérdidas, porque fué preciso tomar el pueblo calle por calle, casa por casa, i todavía para llegar a la ciudad era preciso pasar por minas que reventaban a cada paso.
Después de esto, no debe estrañarse que Chorrillos haya sufrido casi hasta desaparecer.
Querria decir a V. E. quienes son los que mas se han distinguido; pero no me corresponde hacerlo en un parte que puede publicarse.
Tampoco hablo de nuestras pérdidas, porque de ellas se habla en los partes de los jefes.
La victoria del 13 ha dejado en nuestro poder mas de 1,500 prisioneros, mas de 60 cañones, muchas banderas.
El número de muertos, ya lo he dicho, escede de 4,000.
No me atrevo a decir 7,500, porque aun no hai datos exactos, pero es la opinión comun.
El hecho es que el campo de batalla está cubierto de cadáveres.
El 14 se empleó en recojer los heridos, i el Jeneral se disponía a atacar a Miraflores en la mañana del 15 i rendir a los 10,000 hombres que allí habia; pero en la noche recibió mensajeros del Cuerpo Diplomático de Lima pidiéndole una entrevista; se acordó tuviera lugar la entrevista a las 7 A. M., i a esa hora se presentaron los ministros de Inglaterra i Francia.
Espusieron verbalmonte que trataban de salvar a Lima de los horrores de un ataque, i nosotros contestamos que el único medio de conseguirlo, era entregar al Callao inmediata e incondicionalmente; para conseguir esto nos pidieron que suspendiéramos las hostilidades hasta las 12 M. Bajo la fe de este armisticio, el Jeneral Baquedano salió a visitar el campamento i a dar sus órdenes para el caso de un nuevo combate.
A las 2.15 P. M., pasaba el Jeneral, i a no mucha distancia de las líneas enemigas rompieron sobre él los fuegos.
Esta increíble perfidia dió principio a la gran batalla de Miraflores, Piérola habia reunido allí todo el resto de sus fuerzas i habia colocado sus líneas tras de murallas con troneras, para tirar sin peligro. Nuestro ejército saltó esas tapias, i después de sacrificios inmensos i de crueles pérdidas, derrotó completamente al enemigo, i a las 6.30 P. M. dormia en las posiciones que había conquistado, teniendo a Lima bajo el fuego de sus cañones.
Ya no hai cuestión; mañana, me parece seguro, Lima i Callao serán nuestros. El ejército chileno, dirijido por el ilustre Jeneral Baquedano, ha hecho una campaña que llamará la atención del mundo.
¡Qué inmensa gloria! Felicito por ella a V. E. i a la patria!
ALTAMIRANO.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo IV, Imprenta i Lib. Americana de Federico T. Lathrop, Valparaiso, 1887, P. 409.
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