viernes, 29 de enero de 2021

Parte oficial de Exequiel Fuentes sobre las batallas de Chorrillos y Miraflores

 
[Fotografia de Exequiel Fuentes]
 
Comandancia del parque i maestranza de artillería.
 
Miraflores, enero 20 de 1881.
 
Recibido el que suscribe del mando. i dirección del parque de artillería el 11 del corriente, paso a dar cuenta a V. S. del servicio desempeñado durante las dos batallas sucesivas de los dias 13 i 15 de este mes, que nos han dado por resultado la posesión de la capital peruana i el completo desbande de sus defensores.
 
Con el fin de que el servicio del parque fuera desempeñado pronto i oportunamente en el campo de batalla i debiendo atender un material tan numeroso i variado por sus sistemas, clases i calibres, como el que el país ha tenido a bien movilizar para esas últimas i decisivas jornadas, distribuí a los señores oficiales tan convenientemente como su escaso número lo permitía, no ausiliándolos con tropa por no tener un solo hombre de dotación.
 
Con la primera división del ejército al teniente don Roberto Aldunate, encargado de las municiones Krupp 7.5 de montaña.
 
Con la segunda al capitán don Federico 2.° Walton, en comendándole las del mismo sistema de 6 centímetros también de montaña.
 
Con la tercera al teniente don Manuel Escala, con encargo de las municiones bávaras i las de Krupp de montaña de 7.5.
 
La artillería de campaña por haber obrado toda reunida a las inmediatas órdenes de V. S., le fué encomendado su parque al sarjento mayor don Pedro Herreros, con los alféreces señores Rodolfo Cornut i Zenon Villarreal. El servicio de este jefe i oficiales era para las municiones Krupp 8.7 i 7.5; la Armstrong de 9 libras i las Gatling, todas de campaña. Con satisfacción digo a V. S. que cada uno ha llenado cumplidamente sus deberes sin dar lugar al menor embarazo ni equivocación.
 
El teniente Aldunate tuvo que ser relevado después de la batalla del 13 por haber recibido dos heridas graves de bala en el brazo derecho en los últimos momentos i encontrándose en el desempeño de su cargo. Tengo, señor, la honra de recomendar a este joven en quien el servicio activo de la artilleria pierde uno de sus oficiales mas contraidos.
 
El alférez señor Roberto Urizar fué el reemplazante de Aldunate, para lo que hubo necesidad de retirarlo de una batería del 2.° rejimiento adonde estaba agregado, i se ha conducido con el mismo celo que su antecesor.
 
Después de la batalla del 13 fué puesto a mis órdenes por el señor jeneral jefe del estado mayor jeneral uno de sus ayudantes, el capitán Letelier, para que me sirviera en el mismo empleo. Desempeñó esta comisión hasta el 17, volviendo a su antiguo destino i desempeñándose satisfactoriamente durante los cnatro dias.
 
El señor Juan Wesneth, del cuerpo de bagajes, encargado de las bestias conductoras del parque al campo de batalla i puesto a mis órdenes para tal servicio, se desempeñó con celo; pero tengo el sentimiento de decir a V. S. que ha sido muerto en el combate del 13 o se ha estraviado, pues hasta ahora no se tienen noticias de él. Igual suerte ha corrido otro individuo del mismo cuerpo, conductor de mulas, i respecto a estos animales sus bajas fueron cinco.
 
Durante los dias 18, 19 i 20, i a fin de recojer el numeroso botín de armas i municiones tomadas, he tenido a mis órdenes al batallón Victoria, i de sus trabajos encomendados a la dirección de sus propios oficiales i a los del parque se ha obtenido i aglomerado el siguiente número: 
 
7,000 rifles, varios sistemas, dominando especialmente el Peabody; 1,500 mecanismo Rémington.
4.500,000 cápsulas id. id. Winchester i Rémington. 
100 cañones de campaña i montaña, siendo la mayoría de fundición peruana.
25 cañones grueso calibre, desde el de 32 al de 600, i mil tiros de cañón, varios sistemas.
180 quintales pólvora, sin contar la ensaquetada que es mucha.
1,000 tiros Rémington, balas esplosivas.
 
Para este armamento i el que aun queda por recojer, espero que V. S. se sirva obtener las órdenes convenientes para su traslación a Chile.
 
Creo, señor, que el material a que vengo refiriéndome se habria elevado a un número mucho mayor si inmediatamente después de las batallas hubiera podido ser recojido, pues en los dias trascurridos no ha sido posible sacar de debajo de los cadáveres multitud de rifles, sin contar otros tantos sustraídos por distintas personas, que no toman de a uno sino por colecciones; i esta demora, justificada por las circunstancias que exijen de preferencia el empleo de jente i mulas en recojer heridos, sepultar muertos i traer víveres, obligan a la comandancia del parque a cruzarse de brazos por no contar con elementos propios ni de un soldado ni una mula.
 
Dios guarde a V. S.
 
E. FUENTES.
 
Al señor Coronel comandante jeneral de artillería.
 
Nota.—Respecto del armamento tomado en el Callao i Ancón dará cuenta por separado.
 
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 995.
 

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