LOS HÉROES DE IQUIQUE.
(21 DE MAYO DE 1879.)
I.
El sol que con sus rayos minucia la mañana,
De firme sobre el puesto la viene a iluminar!...
La nave tan querida despierta siempre ufana
Sintiendo en sus costados los besos de la mar.
Audaz dominadora sobre enemiga rada
Emblema inmaculado de inmaculado honor,
Tendida a todo viento, soberbia i descuidada,
Flamea su bandera de hermoso tricolor.
Los iris matutinos su púrpura i su gualda
Le ofrecen orgullosos con rica profusión,
Porque la nave aquella se llama la Esmeralda,
I esa bandera hermosa de Chile es el pendón.
Tranquila fué esa noche.. Los jóvenes marinos
Cual otras i cual todas sintiéron la pasar.
Sonando acaso sueños de plácidos destinos
Con triunfos de la patria, con dichas del hogar!
II.
Mas ¡ai! que cual los hijos de la nación peruana
Esa mentida calma guardaba la traición!
De súbito oscurece la luz de la mañana
El humo del combate i el trueno del cañón!
Los pobres barquichuelos que pisan los chilenos
Tan solo a fuer de bravos se tienen sobre el mar;
Pero, al morir resueltos, risueños i serenos,
Los fuertes enemigos sin miedo ven llegar.
¡O vencedor o muerto! se dijo convencido
El bravo de los bravos, el jénio del valor;
O vencedor o muerto! ninguno fué vencido!
Por eso es muerto el uno i el otro es vencedor!
La débil Covadonga, reliquia de otra gloria,
Allí a la Independencia con furia ve surjir,
1 audaz la cañonea, i alcanza la victoria,
I al niño aquel jigante perdón llega a pedir!
En tanto la Esmeralda no ceja en la batalla;
El Huáscar la persigue con bárbaro tesón,
I en vano mar i tierra la acosan a metralla:
No hai mano allí que pueda rendir el pabellón!
Sus mástiles flaquean, se rompen sus costados,
Con su espolón de acero la quiere el monstruo hundir...
I se hunde, i al hundirse su jefe i sus soldados
Con vivas a su patria saludan al morir!
I PRAT el jeneroso, radiante de coraje,
De rayo la mirada, de acero el corazón,
Revólver i hacha en mano se lanza al abordaje,
I muere, i hace al monstruo temblar de humillación!
III.
Espíritu grandioso de patriotismo ardiente,
De bíblico heroismo sublime exaltación,
Vision jeneradora del jénio omnipotente,
Pe santa apoteosis profética intucion...
¿Qué sed tuvo aquella alma de glorias inmortales?
¿Qué siglos alumbrarse vio de su muerte en pos?
¿Qué amor de patria crea las fuerzas colosales
Que hacen que un hombre mártir se vuelva un semidiós?
La fábula ha creado Anteos i Titanes
Que el universo entero con estupor miró...
I entre ellos i entre todos los altos capitanes
Igual podrá haber uno, pero mas grande nó!
Con él todos son héroes! Impávido SERRANO
Le sigue, al abordaje lanzándose también;
I cae con sus bravos al plomo del peruano
Porque el chileno lucha de a uno contra cien!
I ya la heroica nave se va despedazando,
Quedando a flote apenas un trozo de tablón,
I en él está RIQUELME, que se hunde disparando
El último cartucho del último cañón!
IV.
Oh, patria! deja el llanto correr por tus mejillas,
Que lágrimas son esas de gratitud por él,
Mientras la historia misma se pone de rodillas
Para ceñir su frente con su mejor laurel!
Oh, patria! en esa sangre tus fuerzas hoi renacen
Para afianzar tu pura, santa libertad...
No pueden ser vencidos los pueblos donde nacen
Los bravos como CONDELL, los héroes como PRAT.
LUÍS RODRÍGUEZ VELASCO.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 381.
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