[Plaza de Armas de Santiago en el Siglo XIX. Capilla del Sagrario y al fondo las torres de la iglesia de La Compañía.]
Las señoras de Santiago han remitido la siguiente carta:
Santiago, Junio 1.° de 1879.
Señora:
Ni el triunfo de nuestras armas, ni la admiración por el héroe a quien Chile debe la nueva pajina gloriosa que iluminará su historia, han podido disipar aun de nuestros corazones el mudo dolor con que nos sobrecojió la noticia de la muerte de su esposo, el sublime Prat.
Como esposas, comprendemos que no puede existir para su infortunio otro consuelo que la convicción de que el heroico capitán de la Esmeralda,, mártir de su deber i ascendrado patriotismo, ha recibido inmortal galardón de Aquel de quien deriva toda recompensa para las grandes acciones i todo consuelo para el alma acongojada.
Como madres envidiamos la dicha de Vd. En la gloria imperecedera de su padre, en su abnegado sacrificio, sus hijos aprenderán a conocer i a imitar desde niños sus virtudes, cuyo inmenso valor Vd. mejor que nadie alcanza a comprender.
Si el cielo la llama algún dia agobiada por el dolor allado de su esposo, los hijos de Arturo Prat no serán huérfanos. La nación los adopta i, chilenas, cada una de nosotras seria para ellos tierna madre.
Ojalá nos fuera dado, al espresar, a nombre de la sociedad de Santiago, estos sentimientos de condolencia, enjugar una sola de sus justas lágrimas con el abrazo de una amiga, que como tal nos suscribimos de Vd., etc.
(Siguen muchas firmas de las señorees principales de Santiago.)
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 319.
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