miércoles, 2 de septiembre de 2020

Se dispone el envío de los prisioneros a un puerto peruano

 [Fotografia de Rafael Sotomayor]

MINISTERIO DE LA GUERRA EN CAMPAÑA.

Iquique, Noviembre 23 de 1879.

El Supremo Gobierno, con fecha 22 del actual, me dice lo siguiente:

“Atendiendo, a que no es posible encargarnos del cuidado y atención de los heridos del enemigo porque debemos cuidar primeramente de los nuestros, creemos que es necesario que los heridos enemigos que V. S. considere conveniente no retener como prisioneros, deben ser enviados en uno de nuestros trasportes al puerto enemigo más cercano y entregarlos al Perú, para que los cuide y atienda.

El trasporte en que vayan iría convoyado con su buque de guerra de nuestra escuadra y se presentaría al puerto con bandera de parlamento. Recibido, daría cuenta del objeto de su entrada y entregaría los heridos. Si se pudiera hacer por intermedio de algún buque de guerra neutral, sería talvez mejor, porque así estarían más obligados a recibirlos.

Los jefes y oficiales de graduación del enemigo deberían ser retenidos como prisioneros para quedar a cubierto de posteriores eventualidades, y a los oficiales heridos puede entregarlos bajo su palabra de honor de no volver a tomar las armas durante la presente guerra.


Como es posible, dado el curso de los acontecimientos, que tengamos que hallarnos en un momento dado con un gran número de heridos nuestros y con todos los del enemigo, nos parece que la medida indicada nos permitiría atender a los nuestros y darle al enemigo la carga de atender a los suyos”.

Lo transcribo a V. S. para su conocimiento y fines consiguientes.

Dios guarde a V. S.

R. SOTOMAYOR.

Al señor General en Jefe del ejército.
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Pisagua, Noviembre 13 de 1879.

Comunico a V. S., obrando en esto de acuerdo con los deseos del Supremo Gobierno, las instrucciones relativas a las próximas operaciones que está llamada a emprender la escuadra contra las fuerzas enemigas.

I. Entra en los planes del Gobierno que se establezca estrictamente el asedio del ejército perú boliviano que tiene sus posiciones de Pozo Almonte a Iquique y Molle. Menester es para ello que V. S. bloquee de nuevo Iquique y Molle, ejerciendo activa vigilancia sobre las caletas de Chucumata y Patillos. A esta operación destinará V. S. los buques que juzgue más a propósito, que son, según lo expuesto por V. S., el Cochrane, la Covadonga y a su tiempo la Magallanes.

II. Recomiendo a V. S. que en todo aquello que no ocasione perjuicio a sus operaciones, guarde a los neutrales las consideraciones que son de estilo entre países amigos. Debe, especialmente, conceder a los buques que se encuentren cargando en el puerto bloqueado el plazo de diez días para completar su cargamento.

En cuanto a la introducción de los artículos destinados al ejército enemigo por buques neutrales, es inútil que diga a V. S. que cualquiera relajación de la más estricta severidad contrariaría profundamente la acción de nuestras fuerzas terrestres.

No contando por ahora la escuadra con elementos suficientes para establecer el bloqueo de las caletas de Chucumata y Patillos, V. S. destinará uno de los buques a cruzar con frecuencia hasta la altura de esos lugares, extendiendo su vigilancia hasta cerca de Tocopilla.

III. Considero que sería de buen efecto y de positivo resultado que V. S. o el jefe de las fuerzas bloqueadoras notificasen sin demora al jefe de armas de la plaza bloqueada que la primera tentativa que se hiciere a aplicar torpedos contra los buques bloqueadores o sus embarcaciones, tendrá por consecuencia inmediata el bombardeo de la población hasta dejarla reducida a cenizas.

IV. En cuanto a la costa enemiga al Norte de este a haga recorrer puerto, bastará por de pronto que V. S. la haga regularmente por alguno de los buques de la escuadra que sería, según concepto expresado por V. S., la O’Higgins, siempre que esta nave esté eximida del servicio de convoyar trasportes, y posteriormente la Chacabuco.

V. Una operación previa de considerable importancia, que recomiendo a V. S. y a la cual V. S. atribuye todo el alcance debido es la de cortar el cable telegráfico, que permite a las fuerzas enemigas de Iquique comunicar con las de Arica y Lima.

Para efectuarla de la manera más eficaz posible, convendría levantar en Arica los chicotes Sur y Norte del cable y recoger a bordo del buque comisionado para ello cierto número de metros.

Queda confiado a la pericia y la prudencia reconocidas de V. S. el detalle de ejecución de los encargos que preceden.

Dios guarde a V. S.

R. SOTOMAYOR.

Al señor Contralmirante, Comandante en Jefe de la Escuadra.

Es copia fiel del original.  G. R.

Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia Tomo II, Imprenta i Lib. Americana de Federico T. Lathrop, Valparaiso, 1885, P. 408.

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