COMANDANCIA DE LA DIVISIÓN BLOQUEADORA.
A bordo de la corbeta “Chacabuco” frente a Arica, Diciembre 2 de 1879.
Adjunto a V. S. una nota del señor General en Jefe del ejército de Chile en campaña, que me ha remitido con encargo de hacerla llegar a manos de V. S.Comunico a V. S. que en el vapor Lamar existen heridos y el personal de ambulancias del ejército peruano-boliviano, en número de 107, y está listo para entregarlos a las embarcaciones del puerto que V. S. envíe, las que deben venir arbolando la Cruz Roja, para que puedan atracar al costado de dicho vapor, sin cuyo requisito no podrán hacerlo.
Al jefe de la ambulancia enemiga se le ha permitido desembarcar para que pueda dar a V. S. las noticias del caso para la mejor manera de proceder al desembarco de los heridos, el que debe efectuarse antes de las 6 P. M., y que se continuará, desde las primeras lloras del siguiente día, sin determinarse horas.
El vapor Coquimbo de la P. S. N. C. debe, llegar a ésta en la tarde, y en él viene todo el personal del hospital de Iquique, parte de una ambulancia y 135 heridos o enfermos. Como dicho vapor no puede entrar al puerto, no dirijo a V. S. para que, si lo tiene a bien, se sirva solicitar del jefe de los buques ingleses surtos en el puerto, el envío, a bordo de ese vapor, de sus embarcaciones, a fin de desembarcar los ya citados individuos, pudiendo continuar al Norte aquéllos que deseen proseguir su viaje.
Haciéndole por mi parte igual súplica al señor comandante inglés, le dirijo la nota que adjunto a V. S., la que espero se sirva V. S. hacer llegar a su destino.
Dios guarde a V. S.
OSCAR VIEL.
Al Jefe superior, político y militar de los departamentos del Sur de la República.
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RESPUESTA.
Arica, Diciembre 2 de 1879.
Contestando al oficio de V. S. fecha de hoy, debo decirle: que he dictado las órdenes convenientes para que las embarcaciones menores de este puerto se pongan con el distintivo de la Cruz Roja al costado del vapor Lamar, a fin de trasbordar y conducir a tierra a los 107 heridos del ejército peruano-boliviano que dicho buque conduce, y el que desde luego puede acercarse hasta una milla del muelle para facilitar el desembarque.
Reservándome para más tarde la contestación a la segunda parte del oficio de V. S., referente a la próxima llegada del vapor Coquimbo, así como a la comunicación que se sirve V. S. acompañarme del General en Jefe del ejército de Chile, soy de V. S., S. S.
LIZARDO MONTERO.
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Aceptada por el comandante de la Chacabuco la contestación del contralmirante Montero, vino al fondeadero el Lamar con la insignia de la Cruz Roja y entregó los heridos, retirándose a 6:30 P. M. a unirse con su flotilla.
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GENERAL EN JEFE DEL EJÉRCITO DE CHILE.
Pisagua, Noviembre 28 de 1879.
Señor:
En obedecimiento a los artículos 3º y 6º de la humanitaria Convención de Ginebra, a la que se adhirieron en la actual guerra los gobiernos de Chile y del Perú, remito a disposición de V. S., en el trasporte chileno Lamar, bajo bandera de la Cruz Roja, el personal completo de una ambulancia peruana encontrada en la oficina salitrera Huáscar y un número de heridos peruanos y bolivianos, cuya nómina hallará V. S. en el estado adjunto, firmado por el cirujano en jefe y comandante de armas de esta plaza.
ERASMO ESCALA.
Al señor General en Jefe del ejército peruano boliviano.
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JEFE SUPREMO, POLÍTICO Y MILITAR DE LOS DEPARTAMENTOS DEL SUR DE LA REPÚBLICA.
Señor:
He recibido el oficio de V. S., fecha 28 del que espira, en el que se sirve comunicarme la remisión de los heridos del ejército peruano-boliviano, que, según los artículos 3º y 6º de la humanitaria Convención de Ginebra, deben restituirse a sus respectivos hogares.
Al acusar, pues, a V. S. recibo de su ya citado oficio, debo hacerle presente que he sido informado que a tres oficiales heridos de los enviados por V. S. se les ha obligado a firmar una protesta de neutralidad durante la guerra que sostienen las repúblicas beligerantes, y habiéndose negado a esta exigencia, otros jefes que se hallaban en la misma condición, se les ha dejado en ese cuartel general, sin duda, en calidad de prisioneros.
Como esta determinación, a ser cierta, adultera los principios fundamentales de la Convención de Ginebra, a la que V. S. acaba de rendir respetuoso acatamiento, de desear sería que se sirviese V. S. hacerme, a tal respecto, la conveniente explicación, tanto para dar cuenta a los gobiernos aliados, como para poder, en consecuencia, normar mi conducta en el porvenir, sujetándome a las reglas de la más estricta reciprocidad.
LIZARDO MONTERO.
Al señor General en Jefe del ejército chileno, don Erasmo Escala.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia Tomo II, Imprenta i Lib. Americana de Federico T. Lathrop, Valparaiso, 1885, P. 521.
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