Mollendo, Abril 11 de 1879.
Señor director del COMERCIO, Lima.
Tenemos aquí al Chalaco, i como supongo a usted ansioso por conocer los detalles de su comisión, paso a dárselos.
Llegó el 5 a Arica, sin novedad, aunque sumerjido hasta los tambores. Allí supo que la escuadra chilena estaba en Iquique.
Desembarcó su gran cargamento con mucha actividad i entusiasmo. Al dia siguiente se consultó al comandante del Chalaco si creia conveniente i seguro ir a Pisagua i el señor Villavicencio contestó que sí, pero con mucha precaución; i aunque después telegrafiaran de Iquique que dos buques se desprendían para el Norte, se juzgó que seria una descubierta en la noche, asi es que siempre emprendió su viaje el Chalaco.
En efecto, a las cuatro de la mañana habían estado por allí los rotos, pero nuestro trasporte llegó sin novedad. En 40 minutos desembarcó al batallón «Puno», media batería, el jeneral La Cotera i muchos caballeros voluntarios de Tacna con sus Winchesters, entre ellos Blondell, el doctor Oviedo, etc., etc.
Después regresó el Chalaco a Arica, desembarcó los cañones i ayer zarpó para este puerto. Actualmente tiene embarcados como 1,000 valientes arequipeños (jendarmeria i guardia civil) que marchan con el coronel Bezada, los cuales desembarcarán en Arica o Pisagua, si puede burlar la vijilancia de los chilenos.
El entusiasmo es mucho: actualmente que estoi escribiendo oigo a un soldado arequipeño como de 45 años que dice: «¡Qué felicidad llegar a esta edad i morir combatiendo contra el enemigo de mi patria!»
Vuelvo a decirle que el entusiasmo por los puertos del Sur es grande i cada vez que entra o sale el Chalaco con tropas, recibe el comandante Villavicencio mil felicitaciones llenas de espansion i contento. ¡Qué será cuando venga la escuadra por estas aguas manchadas por las estelas impuras de naves mas que piratas i obcecadas!
En Arica se trabaja con actividad: habia ya dos cañones de a 100 en el morro i creo que ya estarán los cuatro colocados.
Los jenerales Buendia i Bustamante se quedaron en Chala, por un telegrama de Lima que recibieron en Pisco.
La Cotera se fué por tierra de Pisagua a Iquique.
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OTRA CORRESPONDENCIA.
A bordo del Chalaco, Abril 11 de 1879.
Señor director del COMERCIO.
Cumplo con el deber que me impuse al ofrecer a usted escribirle en la primera oportunidad i al hacerlo quiero ser lo mas minucioso que me sea posible.
Zarpamos del Callao el miércoles 2 del presente a las dos de la mañana con rumbo al Sur, conduciendo la división al mando del señor jeneral La-Cotera compuesta de los batallones Puno número 6 i Lima número 8, rejimiento Húsares i una brigada de artillería; ademas dos cañones de a 250 i dos de a 100 para las fortificaciones de Arica, cuya dirección está encomendada al señor coronel de artillería don Arnaldo Panizo, muchos pertrechos de guerra i armamentos.
El señor Ministro de la Guerra estuvo a bordo hasta media hora antes de nuestra marcha.
El sábado a las 6 de la tarde estuvimos a la vista del morro de Arica, habiendo llegado hasta aquí con la mayor felicidad i navegando de 9, 10 hasta 11 millas por hora; a las 7 de la noche estuvimos frente al puerto; momentos fueron estos de gran zozobra por la circunstancia especial de no encontrar la señal que estaba convenido se nos hiciera, i nos tuvimos que aguantar fuera del puerto esperando la señal; hubo pues que hacer señales de abordo, pero ya el señor Prefecto de este departamento con la actividad i enerjía que lo distingue, hizo destacar muchos botes con el fin de que nos dieran noticia de no haber peligro alguno.
Llegamos al fondeadero i gran número de botes rodearon al vapor dando vivas al Perú i a Bolivia, los que fueron contestados por la tropa i tripulación. El entusiasmo do este momento es difícil describirlo a usted; quisiera poseer la elocuencia que se requiere para referirle las emociones que esperimentamos. Recibimos en este momento la confirmación de la declaratoria de guerra i la existencia de la escuadra chilena en Iquique, la que habia dado 24 horas para bombardear el puerto. Se dispuso por el señor jeneral La-Cotera no pasásemos mas adelante i nos ocupamos toda la noche en el desembarco de la división.
Al dia siguiente, domingo 6, se continuó el desembarco de la artillería, resto de pertrechos, etc. A las doce i media del mismo dia avistamos un buque de guerra, lo que dio lugar a zarpar inmediatamente. Una vez reconocido que era la corbeta de guerra inglesa Turquesa, regresamos al fondeadero i se continuó el desembarco. El mismo dia se desembarcaron dos cañones ele a 100. En la noche, como medida precautoria, zarpamos con rumbo al O. i regresamos al fondeadero en la mañana.
El dia 7 se colocó la cabria para el desembarco de los cañones de a 250, ayudados por los playeros i lancheros del puerto, quedando lista para el objeto.
En la noche se reembarcó el jeneral La-Cotera con el batallón Puno número 6, dos piezas de artillería i una fracción del número 1 con destino a Pisagua, viaje que se verificó en siete i cuarta horas, navegando hasta 11 i media millas, llegando a las 8 de la mañana, i en 54 minutos quedamos listos para zarpar, lo que se verificó inmediatamente.
Hemos estado a 32 millas del enemigo o 3 horas de navegación, nos hemos burlado de su vijilancia desembarcando tropas en sus barbas.
La Chacabuco habia estado a las cuatro de la mañana a la altura de Pisagua. Salimos inmediatamente i llegamos al puerto de Arica a las cuatro i media de la tarde. En la noche se desembarcó un cañón de a 250. En el acto zarpamos con rumbo al O. i a una distancia conveniente nos aguantamos, regresando en la mañana. En ese dia se desembarcó el otro cañón de a 250 i resto de las municiones, llenando así la comisión que se nos habia confiado.
Mucho es el entusiasmo que reina por estos lugares. En Tacna, Arica i Pisagua se han organizado las guardias nacionales.
En Tacna se espera de un momento a otro parte del ejército boliviano al mando del Presidente i jeneral Daza, compuesto de mas de 4,000 hombres de todas armas i cuatro ametralladoras.
En Arica se procede con mucha actividad a la colocación de los cañones; en este momento, ya han subido al morro los dos de a 100 i me han asegurado que todos estarán montados i listos para rechazar al enemigo dentro de tres dias; trabaja toda clase de personas sin distinción de clase ni condición: todos estos trabajos son dirijidos por el coronel Panizo i oficialidad que está a sus órdenes.
Hemos tenido el honor de ser los primeros de entrar en campaña, desempeñando una comisión de suyo importante i atrevida: nos hemos burlado de la cobardía i poca pericia de los reivindicadores de nuevo cuño, solo confiados en el verdadero patriotismo i en la pericia e intrepidez de nuestro comandante don Manuel A. Villavicencio, el que recomiendo a Vd. le dé las felicitaciones que se merece como también a sus dignos oficiales que lo ayudan i secundan.
Olvidaba participarle que hemos conducido de Pisagua a Arica a dos de los combatientes de Calama que nos han informado de todos los acontecimientos, de los que Vd. ya tiene perfecto conocimiento.
El dia 9 en la noche zarpamos de Arica con rumbo a Pacochas, viaje feliz; llegamos en la madrugada, con el objeto de hacer carbón i agua, estuvimos fondeados todo el día 10 i concluida esta faena zarpamos con destino a Mollendo, llegando en la mañana del 11. Desde que estuvimos en el puerto de Arica tuvimos orden del Supremo Gobierno para ir a Mollendo, pero ignorábamos el objeto de ese viaje. Inmediatamente que hemos llegado estamos recibiendo la división del señor coronel Bezada, Prefecto de Arequipa, compuesta de la guardia civil, 1,000 hombres, toda mui buena jente, fuerte, robusta i llena de entusiasmo. Vamos pues por segunda vez a burlar la vijilancia de esos cobardes que será tan feliz como la anterior, i que pronto le haremos ver lo que puede un pueblo heroico i valeroso como el Perú.
Espero, apreciado amigo, que no será esta última que le dirija, pues me prometo informar a Vd. minuciosamente de todos los acontecimientos mas notables que se realicen tanto en todos estos lugares como en nuestra navegación.
Sin mas por ahora, tengo el placer de saludarlo.
Su afectísimo S. S. i amigo.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 216.
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