[El monitor peruano Huáscar]
Octubre 17.—Hemos continuado nuestras visitas a los prisioneros del Huáscar i en la de hoi viernes hemos conversado con el injeniero primero señor Samuel Mac Mahon, robusto i membranudo ingles que sirvió en el Huáscar los cinco últimos años. Se espresa comprensiblemente en nuestro idioma i demuestra gran cariño por el Perú, donde ha servido doce años en los diversos buques de la escuadra.
Hicimos
rodar nuestra conversación sobre el departamento de las máquinas del
monitor, que estaba a su cargo, con especialidad en los momentos del
combate.
Preguntámosle
qué clase de combustible era el que usaban, i nos dijo que consumían el
mejor carbon ingles conocido i de las dos clases siguientes:
El
primero dominado de patente, formado en planchas o pasteles de treinta
pulgadas en cuadro, usándose este combustible solo en la noche o en
cualquier momento en que era requerido por las circunstancias, teniendo
la especialidad ese combustible de no arrojar sino una imperceptible
cantidad de humo, invisible a la menor distancia; el segundo el carbon
de Swansea de primera calidad solo para las marchas a la larga i en alta
mar.
Merced
a estas precauciones, el monitor podia acercarse a nuestros puertos a
hacer reconocimientos, sucediendo que cuando el blindado Cochrane se
dirijió a Caldera en busca del Huáscar, éste pasó mui cerca sin ser
visto por aquel. La chimenea de éste no arrojaba sino una lijera
humareda, no obstante que sus hornillas llevaban los fuegos tan
encendidos que hacían correr al buque once i media millas.
Antes
de que el Huáscar saliera de Arica a la última espedicion opinaron
varios jefes del buque i entre ellos insistió con mas exijencia el jefe
de la sección de las máquinas, de que el Huáscar fuera al Callao a
limpiar sus fondos i recorrerla, pues habia disminuido su andar en dos
millas. El contra-almirante Grau, sea por la orden recibida de partir
inmediatamente o por no ser de la opinion de los demas, no hizo caso de
las observaciones i puso proa a la mar.
Analizando
este punto importante, que fué tan fatal en sus resultados, nos
inclinamos a creer que hubo urjencia en el mandato recibido por el
contra-almirante de partir por cuanto nos refirieron algunos oficiales
que los corresponsales de los diarios de Lima, señores Neto i Reyes,
habia bajado a tierra a dar un paseo en las calles de Arica i no hubo
tiempo de avisarles de que el buque se hacia a la mar, razón por la cual
no hemos tenido, gozando de nuestra temperatura, a esos insultadores de
Chile.
Concretada
nuestra conversación al momento del combate, nos decia el primer
injeniero que perfectamente habrían podido escapar a los esfuerzos que
hacia el Blanco para echarlos sobre la costa a fin de que el Cochrane
les cortara el camino por el Sur, escapada que con toda seguridad habría
también hecho del último blindado; pero la confianza íntima del
contra-almirante de que el Cochrane era incapaz de andar mas de ocho
millas pos las veces que éste mismo habia demostrado no poder mas, hizo
no prepararse para el combate ni aun alarmarse por un encuentro. Grau
fué sorprendido cuando notó de que el Cochrane avanzaba
estraordinariamente, calculando su andar el injeniero primero del
Huáscar en once i media millas. Solo entonces dióse la orden de
prepararse para el combate, ordenando el toque de zafarrancho.
Pero
un importantísimo incidente vino a acontecer a bordo del monitor en tan
supremos momentos, incidente tan fatal que fué el que perdió al buque.
Sabido
es que el Huáscar tiene dos timones, uno para su marcha ordinaria i
otro denominado timón de combate i destinado a este solo objeto. La
operación que se practica para trasmitir el poder del movimiento del
primero al segundo demora diez o quince minutos a lo mas. Pero
desgraciadamente se quebraron algunas piezas importantes de los aparatos
de trasmisión i hubo, por no haber tiempo para repararlas a firme, que
servirse de aparejos i cabos que retardaron tan esencial como
indispensable maniobra.
Fué
en esta interrupción de la marcha que el Huáscar casi se va a tierra i
lo que faltó de gobierno hizo que nuestro blindado ganara distancia."En
ese solo momento fué cuando el contra-almirante Grau dio la orden de dar
su mayor andar al buque, pero ya no era tiempo.
Este
incidente es el que, según mi raclator, fué el oríjen de tamaña
desgracia. Sin esto el Huáscar vuela i nuestros blindados se habrían
quedado atrás.El injeniero dice que al momento de embestir la proa el
Huáscar al Blanco, llevaba una fuerza de trece millas i que era fuera de
duda que ambos se habrian ido a pique.
Dice
que cuando se le ordenó abrir las válvulas lo hizo con dos que tienen
cinco pulgadas de alto por cuatro de ancho i que se preparaba para
destapar la mayor que tiene 33 pulgadas, abierta la cual el buque se
habría sumerjido en dos minutos; pero no hubo tiempo: esa operación
habría demorado siete minutos por cuanto habría tenido que sacar unos
veinte pernos que la cierran, a cuyo objeto tenia listos tenazas, llaves
i martillos i para mayor imposibilidad llegó una bomba i barrió con
esas herramientas, hiriéndole a él i a otros injenieros.
La
salvación completa del Huáscar, en opinión de todos los oficiales i
maquinistas, es debida a la prontitud i lijereza con que llegaron a
bordo i a la actividad con que se precipitaron para obrar sobre el
despartamento de las máquinas.
Nos
referia el señor Mac-Mahon que cuando él se disfrazó de marinero para
que no lo reconocieran, se olvidó de quitarse la gorra; por ésta lo
reconoció el teniente Simpson i tomándolo con fuerza del cuello, le
dijo:—Mira, gringo: vas a cerrar las válvulas sobre la marcha; si no, te
disparo los seis tiros.
En el acto corrió a esa operación i con ella cesó todo peligro.
Nos refiere también que las máquinas están en perfecto estado i son mui superiores a las de nuestros blindados.
Juzga
que deben estar a bordo i en su camarote los planos de nuestros
blindados i que son copias de los hechos por el arquitecto naval de
nuestros buques señor Reed, i agrega que el contra-almirante Grau tenia
en su cámara tanto los planos de nuestros buques como los de las
fortificaciones de toda la costa de Chile.
Le
preguntamos si admitiría a bordo del Huáscar el mismo puesto que
ocupaba, i nos dijo que tenia un gran cariño por el buque, pero que
también lo tenia por el Perú i esto no le haria admitir jamas.
Tiene
gran conocimiento de lo que podremos decir maquinaria maritima, como
tambien de nuestros buques en esa parte i aun en el poder de su
artilleria i blindaje.
Por
cierta creencia que tenemos de que pueda servir para mas tarde el
detalle importantisimo en que nos hemos detenido, juzgamos que valía una
correspondencia i como tal la enviamos respondiendo de la exactitud de
la relacion.
Cuenta
uno de los ingleses que uno de los naufragos de la Esmeralda estaba
ahogandose i le sacaron tomandole por los cabellos. Apenas tuvo la
cabeza fuera del agua, dio un grito de ¡viva Chile! razon por la cual un
oficial peruano quiso matarle, i lo habria hecho así a no haberse
opuesto a ello revólver en mano otro de la misma graduacion.
El Corresponsal.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 520.
Impecable trabajo Histórico del Ferrocarrilito ...
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