lunes, 16 de agosto de 2021

Escursion del Huáscar i la Union en las costas de Chile. (Parte oficial.)

 [Fotografia de Miguel Grau]
 
COMANDANCIA JENERAL DE LA PRIMERA DIVISIÓN NAVAL. 
 
A BORDO DEL HUÁSCAR, AL ANCLA. 
 
Arica, julio 25 de 1879. 
 
Ecxmo. señor jeneral director de la guerra. 
 
Excmo. señor: 
 
En armonía con las instrucciones i órdenes que recibiera de V. E. para buscar i hostilizar al enemigo en las costas del sur, junto con la corbeta Union i al mando de ambos buques, tengo el honor de elevar al conocimiento de V. E. el presente parte, sobre el resultado de mi comisión. 
 
El 17 del corriente a las 8 hs. A. M. zarpamos del puerto, después de haber convenido con el jefe de la 2.a división naval, capitán de navio don Aurelio García i García, los mejores medios para llenar nuestro cometido. Navegamos bien se parados de la costa a una distancia tal, que no pudiéramos ser vistos por el enemigo. 
 
A las 12 hs. M. pasamos por frente de Pisagua i a las 5 hs. P. M. por Iquique. 
 
A las 9 hs. A. M. del dia 18, reconocimos al norte de Mejillones de Bolivia un buque de vela que resultó ser la barca inglesa Lady Veré de Veré que cuatro dias antes habia zarpado de dicho puerto con un cargamento de guano con destino a Liverpool. Este buque obtuvo algunos datos acerca de los trasportes enemigos. Continuamos en demanda del puerto de Antofagasta, i al encontrarnos a ocho o diez millas de la punta de Tetas, se avistó un vapor hacia la cuadra de babor, que llevaba un rumbo opuesto al convoi. Inmediatamente ordené que la Union fuese a reconocerlo, mientras yo hacia lo mismo pegándome a la costa. Como el vapor se asemejara al buque enemigo Abtao, activé la persecusion, i a las 4 hs. P. M. entré al puerco de Mejillones, siguiendo sus aguas, i resultó ser la cañonera Hugon de la marina de guerra francesa, que venia en viaje de Coquimbo. Nuestro inevitable arribo al puerto ya indicado, frustró el primitivo plan, por que supuse, i con fundamento, que de allí se comunicaria por tierra a Antofagasta nuestra llegada, como pasó en otra ocasión. Por tal motivo desistí de mi propósito i resolví continuar el viaje a las costas de Chile. 
 
En las primeras horas del dia 19 i a veinte i tantas millas de tierra, encontramos varios buques mercantes de vela. 
 
Mientras yo reconocía algunos de ellos, ordené que hiciera lo mismo la Union con el que tenia mas próximo. 
 
Del examen efectuado por la corbeta, resultó que el buque era la fragata Adelaida Rojas, cargada de carbón chileno, i que enarbolaba indebidamente la bandera nicaragüense, i se le despachó al Callao, para que fuese juzgada por el tribunal respectivo, con dotación de la misma corbeta. 
 
En la mañana del 20 i frente a Chañaral, se capturó por la Union el bergatin E. Saucy Jack, cargado de cobre i en las mismas condiciones del anterior buque, por lo que se le despachó al Callao, con igual objeto. 
 
Como en estos momentos salia de Chañaral con destino a Caldera el vapor inglés Santa Rosa, mientras yo reconocía el puerto, ordené a la Union que continuara inmediatamente su marcha al referido puerto para llegar antes que el vapor i ver si se podia capturar algún trasporte enemigo. 
 
Una vez en el puerto, notifiqué al jefe militar de la plaza que iba a proceder a la destrucción de las lanchas, haciéndole responsable de las represalias que pudiera tomar en caso de que se me hostilizara. 
 
Así se hizo con todas ellas, sin que se pusiera la menor resistencia. 
 
A las 2 P. M. zarpé con rumbo a Caldera, i a las 5 P. M. encontré en la boca del puerto a la Union. 
 
Media hora después penetré en la bahía, siguiendo poco después mis aguas la corbeta, sin que ninguno de los fuertes o baterías nos hiciera fuego, sin embargo de habernos colocado a su alcance. 
 
Después de tres horas, esto es, a las 8 hs. 30 ms. P. M., zarpé de Caldera con-rumbo al sur, sin que hubiéramos encontrado en este puerto ningún buque enemigo. 
 
En la mañana del 21 entré a Huasco i, como en Chañaral, destruí todas las lanchas, mientras igual operación practicaba en Carrizal Bajo la Union. 
 
A las cinco de la tarde entré también a este último puerto, para salir media hora después de haberlo reconocido. 
 
Al siguiente dia, volví por segunda vez a Chañaral i saqué a remolque la barca nicaragüense Adriana Lucía, cargada de cobre, i que, por encontrarse.'en condiciones análogas a las anteriores, fué remitida al Callao al mando i cuidado de un oficial, dos guardia-marinas i ocho marineros de este buque.
 
La corbeta entró en la misma tarde al puerto Pan de Azúcar i rompió todas las lanchas que allí existian. 
 
El resto del dia pasó sin que ocurriera ninguna novedad importante, hasta las. 8 hs. P. M. que encontramos un vapor que, reconocido, resultó ser el Chala de la Compañía Inglesa de Vapores, que habia salido de Antofagasta con destino a Caldera el dia anterior. Nos comunicó que se encontraba en dicho puerto el vapor chileno Itata, en el que habia llegado últimamente de Valparaiso una comisión compuesta de varios jefes del ejército i presidida por el ministro de Estado don Domingo Santa María. 
 
En la tarde se le dio el «rendez-vous» al comandante García i García para que amaneciera con la Union, de 20 a 25 millas de Antofagasta, para operar ambos sobre este puerto. 
 
A las 6 hs. A. M. del 23, pocas millas al sur del puerto ya nombrado, descubrí en el horizonte, hacia el norte, dos humos e inmediatamente ordené se diera todo el andar al buque, pues suponía que alguna nave perseguía a la corbeta, o que ésta daba caza a algún trasporte. 
 
Una hora después pude ver que se efectuaba lo último i gobernó a cortarle la retirada al trasporte. 
 
La corbeta, merced a su rápido andar i hábil manejo acortaba la distancia visiblemente. 
 
El buque enemigo, que al principio huia al norte i después al NO., encontrábase acosado en su fuga por los nuestros, que estrechaban la distancia instante por instante. 
 
La Union le hacia al mismo tiempo algunos cañonazos con las piezas de menor calibre. 
 
A las 10 hs. 15 ms. A. M. encontrábase el Huáscar a tiro de cañón, i disparó por via de intimación, una de las piezas de 800, cuyo proyectil pasó sobre la proa del trasporte. 
 
Preparábame a hacerle un segundo tiro, cuando el Rimac enarboló en su palo trinquete la bandera blanca: estaba rendido. 
 
Inmediatamente llegué a su costado i mandé botes, con oficiales, soldados i tripulantes, para recibir el buque, nombrando al mismo tiempo como comandante provisorio de dicho trasporte al capitán de fragata graduado don Manuel Meliton Carvajal. 
 
A bordo del trasporte venia el escuadrón Carabineros de Yungay fuerte de 258 plazas, inclusive 15 individuos entre jefes i oficiales. Este cuerpo viene al mando del teniente coronel Búlnes. 
 
En el Rimac han venido también 215 caballos, una gran cantidad de carbón, armamento, proyectiles i otros artículos importantes de guerra; cuyo inventario se está actualmente haciendo, i que remitiré oportunamente a V. E. El rol de los prisioneros tomados en el Rimac, es el que tengo la honra de adjuntar a V. E. 
 
La caza duró cerca de cuatro horas, i a consecuencia de los proyectiles de la Union, murió un soldado i salieron cuatro heridos, todos ellos del escuadrón Carabineros de Yungai. 
 
Se ordenó también que de a bordo de la Union, pasasen al trasporte otros oficiales i tripulantes. Así mismo varios de los prisioneros fueron trasbordados a este buque i la Union. 
 
Entre los prisioneros se encuentran: el teniente coronel don Manuel Búlnes, el sarjento mayor don Wenceslao Búlnes, el capitán del buque don Pedro Lautrup i otros varios. El capitán de fragata don Ignacio L. Gana, con varios otros, pasó a la Union. 
 
En el viaje hasta este puerto, en el que he fondeado hoi a las 9 hs. 30 ms. A. M., no ha ocurrido nada importante. 
 
Al concluir permíteme el honor de felicitar a V. E. i al país, por el triunfo moral obtenido sobre el enemigo, arrebatándole en noble lid uno de sus mas importantes trasportes; como así mismo, uno de los mejores cuerpos que componen su ejército. 
 
Todo lo que tengo el honor de poner en conocimiento de V. E. a fin de que se digne conceder su aprobación a los procedimientos de que doi cuenta. Tan luego como remita su parte el comandante García i García, tendré el honor de remitirlo a V. E.—Dios guarde.a V. E. Excmo. señor. 
 
Miguel Grau.
 
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 303.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario