jueves, 26 de agosto de 2021

Anecdota del Batallón Coquimbo

 [Oficiales del Batallón Nº1 de Coquimbo]
 
"Día 26.- Salimos de Río Seco a las 3 de la mañana en dirección a Sitana, subiendo  y bajando lomitas hasta llegar a un plan que se estiraba  más que la esperanza del pobre. Después de una pequeña ondonada subimos a otro plan como el anterior, llegando por fin a la orilla de una quebrada y ¡oh sorpresa!, nos encontramos en el valle  de Sitana; eran como las 11 1/2 de la mañana. 
 
Este punto me hizo acordar mucho el camino del Elqui en la parte de Punta Azul, con la diferencia que aquí hay más sauces y pimientos, con los que están formadas las cercas y circundados los potreros, pero careciendo en absoluto de árboles frutales.  
 
En un potrero estamos alojados, y debajo de los sauces se nos alegra el alma haciendo gratos recuerdos de la patria, de la familia y de los enemigos. 
 
Mi caballo hasta aquí se ha portado perfectamente, por lo que ha merecido la  buena ración de cebada que le traía y la dosis de agua que de cuando en cuando le he dado en plato. 
 
A menos de cien metros más o menos de nuestro campamento, corre el río Locumba  con una cantidad de buena agua, formando una ribera de agua y matorrales. 
 
Entre nuestro equipaje viene un saco con encomiendas enviadas de la Serena con el teniente Videla, quien se quedó en Ilo enfermo, pero según escribe, marchará por Sama con la 4a División. 
 
Entre las encomiendas viene una de dulce para el Capitán Cavada y en menos que canta un gallo nos devoramos un tarro para desayunarnos, pues estamos como para decir misa. 
 
El subteniente Cisternas pierde su espada en el camino. 
 
¿Qué...habrá sido peruana la pícara?" 
 
Fuente: Diario de un Capitán del Batallón Coquimbo N°1 Desde la  partida de ILO (III División). Cuaderno de Historia Militar N°10.

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