El subteniente del Talca, don José Manuel Poblete, que condujo prisionero a Portugal, presenció sus últimos momentos i nos narró lo que acabamos de escribir, recibió pocos meses después de la batalla de Huamachuco la carta que sigue, que suponemos ha sido contestada satisfactoriamente:
Mui señor mío:
Contando en un establecimiento público don Luis Santiago Ramírez, telegrafista del ejército de Chile, algunos episodios de la guerra, referia la muerte de un capitán de artillería del ejército peruano, don F. Antonio Portugal, ultimado como prisionero en el combate de Huamachuco.
Esa historia, era la historia del triste fin de un hermano mío. El dueño del establecimiento con quien Ramirez conversaba, al oir un nombre conocido i sabedor de que los de su familia llorábamos su desaparicion desde esa memorable jornada, suplicó al señor se molestara en venir a darnos noticias de un hermano cuyo fin ignorábamos.
Al oír de boca del mismo Ramirez tan dolorosa historia, con todos sus detalles, hemos adquirido, pues, la amarga convicción de la triste suerte que cupo a mi infortunado hermano; i como Ramírez en su narración se refiere en todo a la que le hizo usted como testigo personal, me permito dirijirle ésta, suplicándole se sirva usted confirmar la verdad de tan doloroso acontecimiento.
Ya puede usted suponer el interés que tenemos en recojer el escrito que mi hermano dejó momentos ántes de morir, recomendado a un jefe que Ramirez nos asegura conoce usted. Ese legado es sin duda el postrer adiós que nos dirije desde el borde de la tumba; i justo es que nosotros lo recojamos para guardarlo como la última prenda de un ser tan querido i como el postrer recuerdo que deja a su desolada familia.
No dudo que movido por los nobles sentimientos que los acontecimientos de este jénero inspiran, se sirva usted buscar al jefe que guarda esa prenda, i proporcionarle la oportunidad de llenar uno de esos deberes que se cumplen siempre en nombre de la humanidad.
Al suplicar a usted se sirva disculpar las molestias que puedo ocasionarle, le suplico también dar mis agradecimientos al jefe espresado, aceptando usted los reconocimientos de mi familia agradecida.
Esperando su contestación i ofreciéndole mi particular gratitud, tengo el honor de suscribirme
Su afmo. S. S.
J. EUSEBIO PORTUGAL.
Calle de la Merced, esquina del templo, núm. 28.
Arequipa, Octubre 5 de 1883.
Fuente: Valenzuela, Raimundo del R., La Batalla de Huamachuco, Imprenta Gutenberg, Santiago de Chile, 1885, P. 64.
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