[Fotografia de retrato de José Manuel Rendon]
Compatriotas:
La historia de todo pueblo tiene sus pajinas solemnes.
Ellas vienen marcando un período, una época de revoluciones políticas i sociales en el sentido del progreso i de la democracia universal que los siglos afianzan i perpetúan i las jeneraciones recuerdan como ejemplo de abnegación i virtud republicaria.
Dormidos hasta ayer en la almohada siempre cómoda i atractiva de la indolencia, hemos esperado que el estampido del canon enemigo venga a sacudir violentamente núestro sopor i a recordarnos que la historia de Bolivia reclama una pajina mas, escrita con la sangre de sus hijos, en medio los campos de batalla.
Chile, la nación que siempre se ha distinguido por su deslealtad i espíritu de supeditación sóbre los demás Estados vecinos, acaba de manchar su historia i escandalizar a la América, con un golpe rudo i salvaje, asestado sobre la soberanía e independencia de Bolivia, falseando todos los principios del derecho de jentes que rijen a las naciones cultas en sus contiendas i sin mas títulos que justifiquen su actitud agresiva i desleal, que las maquinaciones ambiciosas que reinan en los sijilosos Consejos de un Gabinete alevoso i cobarde.
Nuestras florecientes poblaciones de la costa del Pacífico jimen actualmente bajo el yugo de acero del conquistador chileno i los lamentos de mi patria, brutalmente herida en el corazón, han llegado a ajitar mi alma en el silencio de mi retiro.
Es por esto que, como boliviano i como soldado, me dirijo a mis amigos i conciudadanos, invocando el deber i el patriotismo, para agruparnos en torno de la bandera nacional que nos legaron nuestros padres, i recordarles que, en las presentes circunstancias, cualesquiera que hayan sido nuestras disidencias locales, debemos inmolarlas con envidiable virtud cívica sobre el sagrado altar de la patría.
A las armas, bolivianos! Probemos al traidor i arrogante usurpador de nuestros puertos, que Bolivia ha nutrido sus hijos con la sangre de los proceres de nuestra emancipación política, i que. del seno de un pueblo pacífico e industrial, saben, cuando el caso lo requiere, levantarse erguidos e imponentes millares de soldados que se baten i mueren como héroes.
Cruzaremos el desierto para reivindicar la integridad de nuestro territorio i al llegar ahí con el rostro sudoroso por la fatiga i el polvo de la jornada, sabremos sucumbir hasta el último al pié de la bandera de la patria, i probar a Chile i a la América toda, que Bolivia puede ser mártir, pero jamas esclava.
Entre tanto, anticipo a mis amigos i conciudadanos que estoi dispuesto a cumplir el deber que el patriotismo aconseja a todo hombre dentro de cuyo pecho palpite un corazón boliviano, abandonando el suelo estranjero, para correr al seno de mi patria i ofrecerle el concurso de mi espada i el continjente de mi sangre, hasta que el Dios que dirije la suerte de las batallas i los destinos de los pueblos, marque la hora solemne de su redención i libertad.
Si por desgracia la cancillería de Chile no se apresura a reparar su alevoso atentado, retirando el padrón de ignominia que, con mengua de su decoro como nación, ha arrojado sóbre la frente de Bolivia, creo que es llegado el momento de sacrificarlo todo en obsequio de la soberanía e independencia nacional.
I si, como no lo creo, llega a levantarse la voz de algún espíritu apocado, a quien amedrenta la guerra, no la escuchéis, compatriotas, porque vale mas morir como héroes que vivir como cobardes! El patriotismo hace mártires, pero jamas pusilánimes!
Pero para que los sacrificios, a que la deslealtad i ambición de Chile arrastra en la actualidad a Bolivia, no sean infecundos, preciso es que todos los bolivianos, unidos en un pensamiento común, se pongan de pié para protestar solemnemente contra tan atroz ultraje, i saludar en la bandera nacional la divisa bendita que nos ha de llevar a las victorias.
I si, por desgracia, la suerte de las armas nos fuere adversa, si sucumbimos todos en los campos de batalla, todavía Chile i Bolivia quedarán frente a frente ante el fallo inexorable de la opinión de la historia; de un lado se señalará el suelo que meció la cuna de una jeneracion de mártires,i del otro, la arrogante i desleal nación, cuyo engrandecimiento descansa en la perfidia i la deshonra.
Conciudadanos: la paz se consolida por la unión i el sacrificio i los pueblos se hacen libres por la abnegación i el martirio.
¡A las armas, pues, i a vencer o morir por Bolivia!
JOSÉ MANUEL RENDON.
Arequipa, Marzo 4 de 1879.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 77.
todos aquellos valientes , heroes y envalentonados hijos de la patria huyeron despavoridos y cobardes en el campo de la alianza dejando al peru solo enfrentados con ya la guerra pisandoles la garganta , nunca debeis subestimar a tu adversario sucede lo que sucedio, gracias.
ResponderBorrarYa habían arrancado antes el 29-11-1879 en la Batalla de Dolores o San Francisco.
Borrarsoy de la idea de dejar de ufanarse de logros pasados de tropas que ya no existen y prepararse para lo que viene ,eso incluye borrar la delincuencia y la corrupción de quienes preparan esas tropas , el pueblo jamás es ignorante en cosas de honor ni en cosas de buen comportamiento , y es el pueblo en su grueso el que dará esa lucha , si sus mandos son corruptos , traidores , clasistas como lo eran las oficialidades de Perú ,Bolivia nos pasará la cuenta al igual como se las paso a ellos la historia.
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