martes, 25 de febrero de 2020

La toma de posesión de Antofagasta (Del corresponsal de La Patria)

[La reivindicación de Antofagasta, y el recibimiento del Capitán Jose Manuel Borgoño, por el Cónsul Nicanor Zenteno. Dibujo del Tomo I de "Adiós al Séptimo de Linea, en imágenes" de Jorge Inostrosa C., publicado por el periódico La Nación en 1983]

Señores Editores:

Mui de madrugada fondeó ayer en este puerto el Cochrane, que venia seguido mui de cerca por la O'Higgins e inmediatamente empezó a cambiar señales con el Blanco.

Aquellas señales tenían por objeto que se arriaran botes i fueran tripulados con jente de desembarco.

Efectivamente, dicha maniobra se llevó a cabo con mucha prontitud i pericia.


Pasados pocos instantes, vimos desprenderse del costado del Cochrane un bote que conducía al capitán Borgoño, el cual, una vez desembarcado, se vino a conferenciar con el Cónsul de Chile i después con el Prefecto. El resultado de esta conferencia lo vimos inmediatamente. Mientras tanto, la alarma era indescriptible en tierra. La playa i los techos de las casas se veian cubiertos de espectadores que esperaban ansiosos el resultado de lo que presentían iba a suceder. La curiosidad jeneral no tardó en verse satisfecha, pues al regreso del parlamentario a bordo, los botes tripulados con jente de desembarco se vinieron simultáneamente al muelle, donde eran esperados por una multitud que los aclamaba entusiasmada. De este modo se efectuó el desembarco. I los bolivianos ¿qué hacían? ¿Dónde estaban? Toda la jente que presenció el desembarco de las fuerzas chilenas puede aseverar que no habia por aquellas inmediaciones ni uno solo de ellos, ni para remedio, como suele decirse. La columna pudo avanzar, pues, sin obstáculos hasta la plaza de Colon, donde formó en línea de batalla, dando frente al cuartel de policía. Como a las dos horas mas tarde, todo estaba tomado. Antofagasta era nuestro sin quemar un solo cartucho, sin disparar un tiro. No hemos visto mas humo de pólvora que la de una salva de 10 a 12 cañonazos con que el Blanco saludó el resto de la escuadra a su llegada. Vino mas tarde el bando que daba a reconocer al Cónsul Zenteno como Gobernador i al coronel Sotomayor como jefe de las fuerzas. Varios caballeros se ocuparon en calmar los ánimos exaltados de las jentes del pueblo, que pretendían arreglar cuentas atrasadas con los bolivianos. Entre esos señores se notaron los distinguidos caballeros señores E. Soublette, Ramón 2.° Arancibia i Marcos Antonio Andrade, quienes en elocuentes discursos incitaron al pueblo al orden i a la moderación. El pueblo aplaudió entusiasmado i aprovechó los consejos, dando una prueba espléndida de moderación i de cultura.

«Las personas de los bolivianos deben ser sagradas para vosotros, debemos pagar el asesinato i el odio con la magnanimidad i la clemencia con el vencido,»—se les dijo, i ellos, ese pueblo tan calumniado por los que no le conocen, ha sabido contenerse, i ni en su entusiasmo natural i justo ha llegado a ofender ni a tocar las personas i los intereses de dominadores del día anterior.

Con el mismo fin de calmar al pueblo, se repartió profusamente la hoja que le acompaño.—(Proclama al pueblo ya reproducida.)
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CARTA DE DAZA AL CÓNSUL DE BOLIVIA EN ANTOFAGASTA.

Amigo García Mesa: salga de ese suelo infame i venga a reunirse con nosotros. Yo marcho a Potosí a la cabeza de 10,000 hombres; juro que antes de 70 días habré recuperado ese litoral i nuestra bandera flameará no solo en esa capital sino mucho mas allá.

Siempre suyo.

H. DAZA.

Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 74.

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