[Oleo de Manuel Meliton Carvajal]
San Bernardo, Octubre 16 de 1879.—Señor Contra-Almirante Comandante Jeneral de las baterías i fuerzas de la plaza de Arica.—Señor Comandante Jeneral: El 30 del mes pasado, a las 4.40 A. M., zarpó de ese puerto el monitor Huáscar convoyando hasta el de Iquique al trasporte Rimac, que conducía la división del mando del señor jeneral Bustamante. Encontramos durante el trayecto el vapor de la carrera frente al puerto de Mejillones i fondeamos en Iquique a las 4.20 P. M.
Inmediatamente se procedió al desembarque de la división, i terminado éste, zarpamos a las 4 A. M. del 1.° del corriente en compañía del Rimac i de la Union que había entrado al puerto en la tarde del dia anterior.
Una hora después de acompañar al Rimac en su viaje al Norte, el Huáscar i la Union hicieron rumbo al O., i después de separarse algunas millas de la costa se dirijieron al Sur.
El 4 del presente, a las 9 A. M., avistamos un vapor que navegaba para el Norte, próximo a la costa; fuimos en su reconocimiento, i resultó ser el Chala de la compañía inglesa.
Terminado el reconocimiento hicimos rumbo a Sarco i llegamos a éste a las 10.30 A. M. En dicha caleta se encontraba fondeado el bergantín-goleta Coquimbo con pabellon ingles; pero rejistrados sus papeles, se vino en conocimiento que anteriormente al estado actual de la guerra éste enarbolaba la bandera chilena, i habia obtenido del cónsnl británico en Coquimbo, con fecha posterior a la declaratoria de guerra, el certificado provisional de rejistro para enarbolar el pabellon ingles. Por estos motivos, i continuando el buque en ejercicio del mismo tráfico que habia tenido antes del cambio de pabellón, fué remitido al Callao a cargo del teniente 1.° graduado don Arnaldo Larrea, con dos aspirantes i siete individuos de tripulación, a fin de que en ese puerto se le someta al juicio de presa respectivo. El capitán del buque i los individuos de tripulacion, fueron trasladados al Huáscar por via de precaución.
A las 3.30 P. M., dejamos el bergantín a la vela con rumbo a su destino, continuamos para el Sur.
El 5 del presente, a la 1.50 A. M., estuvimos en el fondeadero del puerto de Coquimbo i permanecimos en él una hora sin que nuestra presencia fuese descubierta. Se hallaban allí fondeadas la fragata de guerra Norte-Americana Pensacola i la corbeta de S. M. B. Thetis. Después de este reconocimiento salimos del puerto i nos dirijimos al Sur, haciendo rumbo a Tongoi, donde encontramos i reconocimos al Cotopaxi de la compañía inglesa, que pocos momentos después se dirijió al Sur.
A las 12.30 P. M. avistamos un vapor que atravesaba por la boca del puerto indicado i salimos en su demanda.A la 1.30 P. M. nos comunicamos con él i resultó ser el vapor Ilo, de la carrera, que se dirijia al Norte.
Después de este reconocimiento permanecimos aguantados frente al puerto de Coquimbo con el objeto de hacer algunas reparaciones a la máquina del Huáscar i terminada dicha operación a las 5 P. M. navegamos algunas millas hacia el N. O. para separarnos de la costa i en seguida hicimos rumbo al Norte.
A las 9 A. M. del 7 del corriente detuvimos otra vez nuestra marcha para hacer nuevas reparaciones en la máquina del Huáscar i tomar trescientos sacos de carbón de la Union, pues nos hallábamos escasos de combustible.
Concluido el trasbordo a la 1.5 P. M. continuamos nuestra derrota al Norte.
A las 10 P. M. del mismo dia se avistó una luz por la proa; nos aproximamos a ella i teniéndola al costado media hora después, pudimos reconocer que era un vapor de la carrera que se dirijia al Sur.
A las 12 M. del dia 8 del que rije, divisamos las luces del puerto de Antofagasta e hicimos rumbo sobre ellas.
A la 1 A. M. arribamos al fondeadero i después de reconocerlo durante una hora, salimos de la bahía a reunimos con la Union que habia quedado en la boca del puerto, lo que conseguimos a las 3.15, i nos poníamos a rumbo por el Norte cuando avistamos por la proa tres humos; nos acercamos lentamente a ellos para reconocerlos, i comprendiendo que eran buques enemigos, entre los cuales se cambiaban señales, hicimos rumbo al S. O. para separarnos de la costa i de la dirección de ellos. Al amanecer pudimos reconocer perfectamente al Blanco Encalada,, la Covadonga i el Matías Cousiño, del primero de los cuales nos separaba una distancia como de seis millas. El Blanco i la Covadonga nos siguieron en caza, habiéndose dirijido el Matías Cousiño para Antofagasta.
Puestas las máquinas a toda fuerza, el Huáscar, con un andar de diez i tres cuartos de milla, logró pronto hacer proa sucesivamente al Oeste i al Norte, quedando con su derrota libre hacia este lado, pero siendo perseguidos por los dos buques antes mencionado.
Así continuábamos, cuando a las 7.15 A. M. avistamos por el Noroeste tres humos i pocos minutos después pudimos reconocer en ellos al Cochrane, la O'Higgins i el Loa que hacían rumbo a cortar nuestra proa. Se mandó entonces forzar la máquina para evitarlo, ganando camino hacia el Norte antes de ser cortados. La Union que venia por nuestra cuadra de babor pasó a la de estribor i merced a su andar avanzó al Norte. No sucedió así con el Huáscar a pesar de los esfuerzos que se hicieron con tal objeto, de suerte que a las 9.40 A. M., siendo inevitable el encuentro, afianzamos nuestro pabellón disparando los cañones de la torre sobre el Cochrane a mil metros de distancia. El Blanco i la Covadonga venian a seis millas por nuestra popa: la O'Higgins i el Loa. se dirijieron a cortar el paso a la Union. El Cochrane no contestó inmediatamente a nuestros disparos, sino que estrechó su distancia merced a que traia mayor anclar que nosotros, de manera que solo cuando estuvo a doscientos metros por babor hizo sus primeros disparos; perforó el blindaje del casco de la sección de la torre, a un pié sobre la línea de agua i el proyectil estalló dentro de esta sección sacando doce hombres de combate; otro de ellos cortó el guardin de babor de la rueda de combate i nos obligó a gobernar con aparejos.
Como diez minutos después de haber recibido estas averias sufrimos otra de mayor consideración. Un proyectil chocó en la torre del comandante, la perforó i estallando dentro hizo volar al contra-almirante señor Grau, que tenia el mando del buque, i dejó moribundo al teniente primero don Diego Ferré que le servia de ayudante.
Tomó entonces el mando del buque el segundo comandante, capitán de corbeta Elias Aguirre, i bajo sus órdenes se continuó el combate cada vez mas tenaz i sostenido. Las dificultades del gobierno no permitían al Huáscar mantener una dirección constante, de manera que solo aprovechaba parte del andar que le producía la máquina; esto fué causa cíe que el Blanco i la Covadonga llegasen a estrechar su distancia hasta ponerse a 200 metros por la aleta de estribor. En esta situación, no contando ya el Huáscar con la ventaja de su andar i encerrado entre los blindados, a la par que dirijió sus fuegos sobre el Blanco, viró para embestirle con el espolón, ataque que fué prontamente evadido i que dejaba al buque a merced de las buenas punterías de los blindados i aun de la Covadonga. En estas circunstancias, el que suscribe, que se encontraba al costado del cañón derecho de la torre, fué herido por los destellos de una bomba que penetró en la torre i estalló dentro de ella, e imposibilitado para continuar por sí mismo las demás circunstancias del combate, fué conducido a la sección de la máquina donde se le prodigaron las atenciones que su estado exijia.
El parte adjunto del teniente primero don Pedro Gárezon, en quien recayó por ordenanza el mando del buque, a consecuencia de la muerte del segundo comandante Aguirre i del estado en que se encontraba el que suscribe, dará a V. S. los detalles de la manera como llegó a su fin este .reñido i desigual combate.
El Huáscar cayó en poder del enemigo cuando no le fué posible ya continuar su resistencia, inutilizados sus cañones, roto su timón i diezmada su tripulación.
Pero como último recurso se abrieron completamente las válvulas para sumerjir el buque, i se hubiera conseguido este resultado si al llegar al costado del Huáscar las embarcaciones del enemigo hubiera sido posible resistirlo de algún modo.
No siendo esto así, sus tripulantes tomaron posesión del buque, detuvieron su sumersión cuando ya tenia cuatro pies de agua en sus fondos; estinguieron algunos incendios que aun se conservaban a proa i popa del buque i finalmente lo condujeron a Mejillones, no sin algunas dificultades, favorecidos por la tranquilidad en que se hallaba la mar.
Todos los tripulantes que, heridos en su mayor parte, sobrevivían, fueron tomados prisioneros i trasbordados a los blindados, donde se les prodigó la mas esquisita consideración i asistencia.
Antes de terminar séame permitido espresar a V. S. el profundo sentimiento que ha causado en los oficiales i demas tripulantes del monitor Huáscar la irreparable muerte del valiente contra-almirante don Miguel Grau i de sus dignos subordinados el capitán de corbeta don Elias Aguirre i los tenientes primeros don Diego Ferré i don Meliton Rodríguez, a quienes han tenido ocasión de ver desaparecer cumpliendo hasta el último con su deber; i recomendar asimismo a la consideración de V. S. el valor, entusiasmo i serenidad que durante este desigual combate ha distinguido a los oficiales i demás tripnilantes del Huáscar.
Adjunto encontrará V. S. la lista de presentes a bordo durante el combate, igualmente que la de los muertos i heridos.
En el puerto de Mejillones quedaron el teniente 2.° don Enrique Palacios, el cirujano mayor doctor don Santiago Távara i varios de la tripulación que por el mal estado de sus heridas no ha sido posible trasladarlos a este lugar.
Los demás heridos se encuentran en Valparaíso, en Santiago i en esta población conforme al estado de su gravedad.
Todo lo que tengo el honor de poner en conocimiento deV. S. a fin de que, por su digno órgano, llegue al escelentísimo señor jeneral supremo director de la guerra.
Dios guarde a V. S., señor Comandante Jeneral.—MANUEL MELITON CARVAJAL.
Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos
oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra
que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo
documentos inéditos de importancia Tomo I, Imprenta del Progreso, Antigua Seccion de Obras i Encuadernacion del Mercurio, Valparaiso, 1884, P. 495.
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