jueves, 15 de octubre de 2020

Opinion de la Editorial chilena del Ferrocarril sobre el Combate Naval de Angamos

 [Fotografia del monitor Huáscar en Talcahuano]
 
Octubre 9.—El Huáscar rendido i como glorioso trofeo de nuestra armada. El tricolor nacional sustituido al bicolor peruano que al tope de aquella nave se paseaba orgulloso en nuestros mares.
 
Tal es el gran acontecimiento, la inmortal jornada del 8 de octubre.
 
Una nueva i gloriosa fecha agregada a las pajinas de oro de nuestra marina nacional.
 
Los héroes de Iquique vengados gloriosamente por los captores del Huáscar en las aguas de Mejillones. El blindado mas poderoso de la flota enemiga, su nave almirante, cayendo con bandera blanca de parlamento en Mejillones i el esquife mas débil de nuestra escuadra, sucumbiendo izado su pabellón de guerra en la rada de Iquique, tales son los lejéndarios episodios de la guerra del Pacífico.
 
Lo mas valiente, gallardo i escojido de la marina peruana, i su mas soberbia nave de guerra, en poder ya de nuestra armada.
 
El tipo mas brillante i caballeroso de nuestros enemigos, el audaz comandante Grau, i sus tenientes, encontrando honrosa tumba en la nave capitana, i el resto de la tripulación rendida en leal combate, al amparo ya de la jenerosa protección de nuestra bandera. 
 
Respeto al noble vencido i sus dignos compañeros de gloria i de infortunio. Honor a Grau i a los valientes que han sucumbido en gloriosa lid i que legan a su patria una pajina de honra i de inperecedero recuerdo.
 
Honra i gloria a los felices vencedores que con la misma certera mano que hicieron zozobrar i caer a la nave capitana, recojen los restos gloriosos de los vencidos i le preparan piadosa i veneranda sepultura.
 
El pueblo de Chile saluda este golpe inmortal de gloriosa fortuna, con el entusiasmo levantado i viril de los grandes pueblos.
 
A los gritos de entusiasmo i de justa alegría patriótica, solo se ha mezclado el sentimiento sincero i profundo por el trájico fin de los valientes que, como Grau, han sucumbido a la inclemencia de la fortuna adversa.
 
El grito de Viva Chile que brotaba de todos los labios i de todos los corazones, ha sido tan puro i refuljente como la luz de la estrella simbólica de sus destinos.
 
En el regocijo del triunfo ha sabido honrar al valor enemigo desgraciado.
 
En esas oleadas inmensas de pueblo que han recorrido ayer nuestras calles, victoreando la fausta nueva, no se ha dejado oir una voz siquiera que perturbase tan pura i noble espansion del patriotismo.
 
Tan noble levantamiento del espíritu público chileno, es digna coronación de la victoria.
 
Nuestra hora de desgracia transformada en inmensa gloria por el heroismo de Iquique, se trae involuntariamente a la memoria a medida que se avanza en la inmortal jornada contra la coalición de las dos naciones enemigas.
 
Cada nuevo acto de la guerra enaltece el heroismo .de los valientes que iniciaron i sellaron con su sangre la epopeya marítima del Pacífico.
 
El victimario de la Esmeralda, el Huáscar, la fuerza i el honor de la escuadra enemiga, tiene ya que saludar con nuestro tricolor al tope de esa misma rada de Iquique, testigo i altar del lejendario sacrificio. Los manes de Prat, Serrano, Riquelme i demás víctimas gloriosas del amor patrio, alcanzan ya la noble i digna espiacion, propia de las grandes almas i de los espíritus inmortales.
 
Salud, mil veces salud, fecha inmortal del 8 de octubre, que viene a probar al mundo i a nuestros enemigos, la virilidad, la enerjía i la pujanza indomable de Chile, cuando se trata de la honra i de la gloria de su bandera.
 
Iquique i Mejillones, han recibido ya el bautizo de la inmortalidad por nuestras armas. Honra i prez a los valientes que vivifican i hacen renacer nuestra tradición de gloria.
 
Felices los que han podido ya corresponder a las esperanzas de la patria i hacerse acreedores a la aclamación entusiasta de todo un pueblo.
 
Su noble i digno ejemplo es prenda segura de nuevos triunfos i de jornadas inmortales reservadas al lustre i gloria de nuestra bandera.
 
Iquique i Mejillones—21 de mayo i 8 de octubre— tales son los faros levantados en el océano por el heroismo i el valor de nuestros marinos para iluminar la ruta de la victoria a nuestro ejército.
 
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 360.
 

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