miércoles, 15 de septiembre de 2021

Una escursion en territorio enemigo

 [Fotografia de José María 2.° Soto]
 
El activo jefe, comandante de armas de Calama don José María 2.° Soto, creyó oportuno recorrer la línea de operaciones con el objeto de inutilizarla al enemigo dado caso de que este pretenda espedicionar por ahi. Al efecto, movilizó un piquete de 25 cazadores i otros tantos paisanos i con ellos comenzó una correría de treinta i seis dias por esos apartados lugares. 
 
Primero penetró en Santa Bárbara, distante como 20 leguas de Calama, i despues de haber rechazado un asalto nocturno encabezado por el correjidor del lugar i el dueño de la posta, Olgado, hizo ocupar por una guerrilla a Chacarilla i Cana, situados a la aproximación de Guatacondo i Pica, sobre la vía que conduce a Canchas Blancas a Canchones del Perú, distante, como cincuenta leguas de Santa Bárbara. 
 
En Ascotan sorprendió a un correo con importantes comunicaciones; regresó a Santa Bárbara mientras el teniente don Ramón Varas rechazaba a 50 i mas bolivianos que oponían resistencia en las postas de Tapaquilche i Viscachilla despojando el trayecto hasta que ocupó Canchas Blancas. 
 
Soto que salía entonces para Chiuchiu, con el objeto de reunirse a su teniente recibió orden superior para reconocer los caminos que conducen a Iquique, donde se creia preparaba el enemigo una espedicion. En cumplimiento, reconoció los minerales del Inca i del Conche i sus alrededores hasta el caminó que conduce a Guatacondo. 
 
De regreso a Ascotan recibió oficio de don Ignacio Toro subdelegado de Atacama, por el cual se le anunciaba que Campero venia con fuerzas a cortarle la retirada. Ordenó la concentración de sus cazadores en Chiuchiu i la retirada de los infantes a Calama. Penetrando entonces en Chiuchiu hizo apresar a un señor Carrazana, secreto instigador de un movimiento que abortó gracias a esta medida. En casa de Carrazana se encontraron algunas armas i pertrechos de guerra. 
 
Mientras esto sucedía en Chiuchiu, en San Pedro se libraba un reñido encuentro con los moradores, el que dio por resultado cinco muertos para los bolivianos i cuarenta o mas fujitivós, teniendo los chilenos un solo cazador herido i una mula muerta. 
 
Con este combate quedó apaciguado el ardor belicoso de esos naturales, i convencidos de que la espedicion no tenia por objeto hostilizarlos, volvieron sus ajitados ánimos a la tranquilidad i desearon, por el contrario, la administración chilena para escapar a la tiranía de sus mandones. 
 
Durante los treinta i seis dias que duró la espedicion, se cojió al enemigo 53 toros, 200 ovejas, 300 llamas, 82 mulas, 10 carretas, 8 fusiles, 3 sables, 1,000 quintales de leña, 107 mulas mas que iban de Iquique en tránsito para la Arjentina, aperos, animales para el uso de los espedicionarios i víveres; costando todo, como se ha dicho, un muerto a los chilenos por cinco bolivianos. 
 
Aparte del resultado material, merece mención distinguida el moral de la espedicion, por cuanto ella introdujo la alarma en todas esas poblaciones, dándose así a conocer la debilidad de los aliados para guarnecer esos puntos. 
 
Está averiguado que la influencia del gobierno boliviano es casi nula entre los indíjenas, pues las exacciones i tiranías de ese gobierno son tan aborrecidas, que con gusto ellos preferirían la desaparición de ese gobierno i cooperarían a su derrota en cambio de sustituirlo por otro mas tolerante i justo. 
 
Como resumen de esta escursion, hé aquí la lista de los animales, carretas, víveres, forraje i armas quitados en las postas de Canchas Blancas, Viscachilla i Tapa Quilcha, con mas 5 muertos, por parte del enemigo. 
 
53 toros.
200 ovejas que marchaban a la Noria. 
60 cargas de charqui, que se remitían a Iquique; i de las que fueron quemadas 57 por no ser posible trasportarlas. 
300 llamas que a la fecha están en Calama. 
82 mulas, igualmente en dicho punto. 
10 carretas, de las que solo una se utilizó por haberse quemado las restantes. 
8 fusiles viejos. 
3 sables. 
1,000 quintales leña, quemados i 
187 mulas, mandadas a la costa.
 
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 327.

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