(Traducido para el Diario Oficial).
No podemos aceptar, como verdadera la relación enviada por el telégrato de Panamá al Sun i que este publica ayer en sus columnas, respecto a la conducta observada por el capitán i tripulación de la gloriosa corbeta chilena Esmeralda, en su combate con el blindado peruano Huáscar; preciso es, pues, que esclarezcamos imparcialmente los hechos después de un prolijo i detenido examen.
Sabemos positivamente que la narración hecha ayer en las columnas del Sun tiene su oríjen en fuentes peruanas i que su publicación no tiene otro objeto que borrar la estraordinaria impresión que el público de Europa i Estados Unidos ha esperimentado al leer los partes aparentemente oficiales en que se daba cuenta de una manera detallada de la bravura i heroica valentía del capitán Prat i sus compañeros. Ahora bien, el Sun dice que cuando Prat i sus hombres abordaron el Huáscar, no era porque se hallaran animados del desesperado heroismo que se les supone, sino pura i simplemente del deseo de rendirse cual abyectos i viles cobardes; agrega también que cuando Prat i sus secuases saltaron sobre la cubierta del blindado peruano, gritaron repetidas veces ¡Viva el Perú! al mismo tiempo que espresan su deseo de rendirse, i que no obstante, los peruanos, no comprendiendo bien tal intención mataron hasta el último de los chilenos que habian saltado sobre su buque.
Ahora la cuestión es la siguiente: Sí el capitán Prat i sus compañeros, al abordar el Huáscar, declararon de una manera tan decidida su deseo de rendición hasta el punto de victoriar al Perú, ¿por qué entonces los peruanos acabaron con ellos? ¿I si por la inversa, los peruanos creyeron, como lo afirman, que los chilenos trataban de tomar el Huáscar al abordaje, inmolándolos a ellos, ¿cómo se esplican los que sostienen respecto a que Prat i sus subalternos eran cobardes que no tenían otro deseo que rendirse a sus enemigos? La fábula inventada por los peruanos se vuelve contra ellos mismos, porque los coloca en la vergonzosa i ambigua alternativa, ora de cobardes asesinos de prisioneros indefensos, o bien de menguados i viles embusteros.
Creemos, pues, que la relación primera i orijinal del combate de Iquique es la única verdadera i que el valiente capitán Prat i sus hombres son tales como Chile i el mundo entero los cree:
VERDADEROS HÉROES!
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 325.
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