[Retrato de Carlos Condell de la Haza]
Su padre, don Federico Condell, escoces de nacimiento, fué comerciante de la marina mercante entre Perú i Chile. El año 1837 llegó a esta República con su esposa, la señora Manuela de la Haza, i sus hijos Edelmira, Federico, Enriqueta i Adela; domicilió su familia en Valparaiso i continuó sus viajes de comercio a distintos puntos, pero viniendo a menudo al puerto de residencia de su familia. En 1842 nació Orompello i en 1843 Carlos; después tuvo seis hijos, de ellos un hombre llamado Ernesto que es hoi oficial del ejército chileno. Murió, por fin, don Federico el año de 1853, presa de una fiebre violenta en la travesía de San Miguel a San Salvador.
Doña Manuela de la Haza, nacida en Píura del Perú, era hija de un noble caballero descendiente de España, don Manuel de la Haza, barón de la casa Infanzona; el cual murió en el Perú por los años 1849 o 1850, siendo almirante de la escuadra de aquel país.
Entre los hermanos de la distinguida matrona, llaman la atención: don Diego, que fué presidente de la Junta de reconocimiento; don José, que, siendo gobernador marítimo en Islai, murió envenenado, según dicen, por un caudillo revolucionario de aquella república, temeroso que no le secundara en la sublevación que iba a promover i que estalló en Arequipa; don Santiago, oficial de la marina peruana; don Antonio, actual contra-almirante de la misma i don Pedro, que murió el año 1876, también al servicio dé la armada del Perú. Hubo en la familia cuatro mujeres; de ellas, doña Mariana, que aun vive, viuda de un señor Hurtado; conserva sus hijos que son todos marinos, como lo son también los de don José, don Santiago, don Manuel i don Pedro.
La señora doña Manuela que habia regresado al Callao con algunos de sus hijos, en busca de clima para una grave enfermedad que la atacaba, falleció en ese puerto el mismo año de la muerte de su marido.
Al siguiente, en 1854, volvieron los huérfanos a Chile a cargo del mayor de ellos, de dieziocho años de edad, i de una joven chilena de veinte, a quien la bondadosa señora habia adoptado por hija i a cuya amistad debemos las datos que vamos consignando.
En 1849, a la edad de seis años entró Carlos en el colejio de los Padres Franceses, donde permaneció curzando los primeros ramos hasta la llegada de sus hermanos del Perú. En 1854 fué puesto en un colejio ingles, de donde pasó a la escuela naval el 29 de julio de 1858.
Lo demás se encuentra en su hoja de servicios; sin embargo, anotaremos un dato importante. Habiendo rendido un brillante examen final en la escuela náutica, los jueces que debian fallar en esta prueba del joven guardia-marina, se espresan en su informe en estos torminos proféticos i merecidos: «Condell hará un dia el orgullo de la marina chilena.»
Un episodio: Hace dos años contrajo matrimonio en Valparaíso con la señorita Matilde Lémus, hija del actual secretario del juzgado de comercio del vecino puerto. Era al efecto Teniente 1.° de la armada de, la república; solo tres horas antes de la ceremonia recibió los despachos de capitán de corbeta graduado, regalo de boda con que quisieron sorprenderlo sus jefes, cual lo haria un cariñoso padre con el mas amado de sus hijos. Fué sorpresa jeneral para sus amigos i parientes verle llegar al acto del desposorio con las charreteras de su nuevo grado; de oficial habia pasado a jefe casi en el mismo instante de contraer su nuevo estado, para ser hoi padre de un niño que aun no cuenta un año i que por sus antepasados promete ser un glorioso marino, digno descendiente de esa raza del mar que se llama los Condell i heredero de la gloria con que la historia coronará la frente del heroico comandante de la Covadonga.
Darío Riso Patrón C.
Fuente: Boletín de la Guerra del Pacifico 1879-1881, Editorial Andrés Bello, Santiago, 1979, P. 157.
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