viernes, 4 de octubre de 2019

Carta inédita de Patricio Lynch al Presidente Anibal Pinto, en Junio de 1880, referente a la espedición al Norte del Perú

[Fotografia de Patricio Lynch]

Iquique, Junio 26 de 1880.

Señor don Aníbal Pinto.

Querido Aníbal:

Mi idea sobre una pronta espedicion a la costa Norte del Perú es de fácil realización i la supongo de mui importantes consecuencias para las operaciones definitivas de la guerra.

En la actual situación de las partes belijerantes, solo dos soluciones se divisan sin la paz: o marchamos sobre Lima con el grueso de nuestro ejército, o nos quedamos en statu quo.

En el primer caso, nuestro ejército encontraria concentrados en Lima o en sus alrededores todas las fuerzas de que dispone el Perú, haciendo mas difícil la espedicion.

Si sucediera lo segundo, tendríamos:

1. ° Que se prolongarla indefinidamente la guerra;

2. ° Que la continuación, también indefinida, del bloqueo del Callao, a consecuencia de la prolongación de las hostilidades, destruiria nuestra escuadra hasta inutilizarla;

3.° Que durante este tiempo no causaríamos al enemigo mayores daños de los que hasta aquí ha sufrido, alejando, de consiguiente, las probabilidades de paz, desde que no habria una nueva causa que determinara al Perú a pedirla, i

4. ° Que el espíritu público i el del ejército no encontrarian en nuestro país por el tiempo del statu quo, nada que los alimentara, libertándolos del fastidio e indisciplina que naturalmente produce una paralización semejante.

Para allanar estos inconvenientes, sea que se piense en la ida a Lima o en el statu quo, creo que bastaría con la realización de mi proyecto.

Mi idea en globo se reduce a marchar con una división lijera, compuesta de cuatro batallones de infantería, una batería de artilleria de montaña i un escuadrón de caballería a operar diversos desembarques en la costa, al Sur i Norte del Callao.

Esos desembarques tendrán por objeto:

1. ° Distraer las fuerzas concentradas en Lima, llamándole la atención a distintos puntos;

2. ° Imponer contribuciones de guerra en los pueblos próximos a la costa i algunos del interior, para atender con ellas, en parte, al mantenimiento de nuestro ejército;

3. ° Producir el pánico de la guerra en las poblaciones mas comerciales del Perú;

4. ° Mantener el espíritu público en Chile i provocar en Lima, talvez, una revolución con las cargas que la impunidad de nuestras operaciones harían nacer en contra de la previsión del Gobierno de Piérola, i

5. ° Hacer sentir las consecuencias de la guerra a los acaudalados hacendados del Norte del Perú, que son los que dominan en Lima i que, hasta ahora, mui poco o nada han sufrido.

En la realización de mi proyecto, evitaria todo combate con fuerzas superiores, para tener siempre la seguridad del exito, i procuraría, en todo caso, no alejarme do la costa sino lo necesario para estar cierto de la impunidad.

Como ya te lo he indicado, esplicándote el objeto de la espedicion, la parte ofensiva de ella se reducirla a imponer contribuciones de guerra i a batir las fuerzas inferiores que se opusieran a mi proyecto.

De ninguna manera comprendería su objeto causar daños que no nos reportaran un provecho directo; nada de incendios, ni de destrucciones vandálicas. Con operaciones de esta naturaleza, léjos de alcanzarse el fin natural de la guerra, se obliga al enemigo a negarse a toda transacción, porque con ellas se hace nacer la desesperación de unas luchas sin término ni cuartel.

Espuesta ya mi idea en globo, voi a indicarte la forma que adoptaria yo para realizarla.

Desde luego, la primera condición de mi proyecto seria la reserva absoluta con que se prepararía i zarparía la espedicion, de manera que ni los jefes, oficiales i soldados supieran dónde se les lleva ántes de partir.

Para llenar esta condición, las vapores Itata i Copiapó embarcarían en Antofagasta al Batallón 1. ° Aconcagua, en Iquique al Colchagua, en Arica al Búlnes, un escuadrón i la batería de artillería, i cn Pacocha al 2. ° Atacama.

Los dos trasportes serian convoyados por una de nuestras corbetas.

El primer punto objetivo de mi plan seria Pisco, desembarcando a sus espaldas en la magnifica caleta de Salinillas, sin ser sentido, para apoderarme del material del ferrocarril que conduce a Ica, capital del departamento de su nombre, i de las mas importantes poblaciones del Perú.

Apoderado de ese material, marcharía inmediatamente sobre Ica, que está a diez o doce leguas de Pisco, unida al puerto por ese ferrocarril, i que atraviesa un valle sano i abundante en recursos de todo jénero.

En Ica me detendría solo el tiempo necesario para hacer efectiva la contribución de guerra que le impusiera. Por las noticias que tengo, Ica i Pisco soportarían fácilmente 150,000 soles de contribución.

En esta espedicion no habria peligro alguno, porque no hai en esos lugares fuerzas que pudieran oponer resistencia a los de mi división i porque no podrian ser ausiliados por tropas salidas de Lima ántes de 10 dias después de un desembarque. El camino que une a Ica con Lima es de los peores del Perú, i las distancias entre uno i otro punto son como sigue;

De Lima a Lurin, 6 leguás.

A Chilca 7.................................. 13
„ Asia 8...................................... 21
„ Cañete 8.................................. 29
„ Chincha 10.............................. 39
„ Ica 16.......................................55

Desde Chincha se desvía un camino para Pisco que tiene cinco leguas de un punto a otro.

De Arequipa no puede ir ausilio alguno a Ica, porque dista 166 leguas.De manera que el desembarque en Salinillas o en Pisco,se realizaría sin correr el menor riesgo.

Tan pronto como cumpliera mi plan en Ica, me dirijiria a Pisco para reembarcarme a la aproximación de las fuerzas que vendrían de Lima.

Esas tropas no podrian ser sino una gruesa división que andaria a marchas forzadas i que probablemente dejarían parte de guarnición en Pisco para evitar un nuevo desembarque. Con esto habríamos distraído cuatro o cinco mil hombres del ejército de Lima i habríamos producido un verdadero pánico en esa capital, que no sabiendo a qué atribuir el desembarque, creería que él hacia relación con la anunciada espedicion al corazón del Perú. De Pisco me dirijiria sobre Chimbóte o Santa, para caer sobre Trujillo o bien seguir hasta Huaraz.

Por distar Huarmei solo 20 leguas de Chancai, término del ferrocarril de Lima al Norte por la costa, i mediar una distancia de 20 leguas de Huarmei a Huaraz, si de las averiguaciones que hiciera en el primer punto viera algún peligro para la internación con la división, me dirijiria, sin perder tiempo, a Chimbóte, para desembarcar en ese magnífico puerto, que sirve hoi al comercio de Lima i el Callao, i, después de imponerle la correspondiente contribución de guerra, marcharía por la costa sobre Trujillo, que dista 15 leguas de Chimbóte, pasando por Virú i Moche, puntos que cuentan con toda clase de recursos.

En Trujillo no tardaría mas tiempo que en Ica i Pisco.

Con mis operaciones sobre estos puntos sucedería una cosa idéntica que lo de Ica. Sáldrian fuerzas de Lima enp rotección de esas poblaciones, se interrumpiria el comercio que hoi se hace por Chimbóte i se debilitaria aun mas el ejército que defiende a la capital.

El último punto objetivo seria Paita, para marchar sobre Piura. A estos lugares podria imponérseles con tranquilidad las contribuciones convenientes, sin que durante mucho tiempo hubiera peligro para la división.

Por lo espuesto, espero que juzgarás mui conveniente i de fácil realización este proyecto.

No debes abrigar temor alguno por su resultado, porque mi prudencia sabrá evitar toda circunstancia que ponga obstáculo a la feliz realizacion de mi plan.

Para prevenir procedimientos que diesen lugar a reclamaciones diplomáticas i para ajustarme a las mas estrictas reglas del derecho do la guerra, llevaría a mi secretario u otro abogado con el carácter de auditor de guerra de la división.

Si mi plan es de tu agrado i lo aceptas, será menestoe me lo anuncies por telégrafo i que también des orden por telégrafo se alisten los cuerpos del ejército indicados, pasando yo a Tacna a conferenciar con Baquedano.

Yo me encargo de llenar los detalles de la espedicion.

Con cariñosos recuerdos a la Delfina, te saluda tu afectísimo amigo.

Patricio Lynch.

Fuente: Ahumada Moreno, Pascual, Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia Tomo II, Imprenta i Lib. Americana de Federico T. Lathrop, Valparaiso, 1887, P. 141.

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